La obra es una iniciativa del proyecto social Reaflora, que surgió como resultado de un taller piloto efectuado en el año 2013, para testear la complejidad del trabajo con niños y niñas en el marco del plan autónomo, independiente y sin fines de lucro desarrollado por un grupo de jóvenes universitarios.
El mural tipo mosaico está compuesto por tapas de plástico provenientes de las botellas desechables, utilizando el reciclaje como material de trabajo.
Este año se realizarán más murales con tapas, aprovechando la oportunidad de unir el reciclaje con el arte y ayudar de alguna forma a generar conciencia, bajo la concepción de que muchas veces lo que es basura para algunos, puede ser material de trabajo e ideas para otros.