La ciudad de Punta Arenas nuevamente es mencionada en otro libro sobre la guerra que sostuvieron Argentina con Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas.
El oficial en retiro de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) Sidney Edwards, desclasifica en su libro ‘My Secret Falklands War’ episodios bélicos y de apoyos logísticos que involucran a Chile y al Gobierno “de facto” de Augusto Pinochet de aquel episodio ocurrido en el Atlántico Sur entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, donde murieron 255 británicos y 649 argentinos.
Edwards cuenta que con la ayuda del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), general Fernando Matthei coordinó un grupo de radares de largo alcance que estaba instalado en Punta Arenas y que permitía conocer todos los movimientos aéreos que ocurrían en las ciudades trasandinas de Comodoro Rivadavia, San Julián, Río Gallegos, Río Grande y Ushuaia.
También fue artífice de la preparación de la llegada a Santiago del Servicio Aéreo Especial británico, conocido como SAS.
Base estratégica
“El general Vicente Rodríguez (FACH) y yo acordamos que teníamos que preparar un sistema para poner esta información al alcance de la fuerza en la misión”, recordó Edwards de 80 años, manifestando ahora que si no hubiesen existido los radares en Punta Arenas, “hubiéramos perdido la guerra porque no hubiéramos podido responder a los ataques aéreos que lanzaban los argentinos si no hubiéramos sabido cuándo iban a producirse”.
La base de Punta Arenas fue fundamental relata el ex oficial de la RAF, “porque nos avisaban cuando los cazas argentinos dejaban sus bases en el sur de Argentina”.
“Mi opinión personal, y creo que es similar entre mis jefes del Ministerio de Defensa y la Primera Ministra Margaret Thatcher, es que la ayuda que logramos de Chile fue absolutamente crucial. Sin ella, habríamos perdido la guerra”, dice el libro de Edwards, resaltando la base de radares de largo alcance ubicada en Punta Arenas.
“Lo más importante fueron los avisos tempranos de ataques aéreos. Sin éstos, cuando tienes una fuerza de mar sólo con una pequeña defensa aérea, como teníamos, habríamos tenido que montar patrullas aéreas de combate carísimas y aviones volando constantemente, listos para interceptar intrusos”, publicó en su libro el ex piloto de combate y “diplomático encubierto” en Santiago en tiempos de la guerra de Las Malvinas.