La tercera fue, finalmente, la vencida. Con una mayoría más que suficiente, el PS Ramón Lobos logró concitar apoyos suficientes para convertirse en el primer presidente electo del Consejo Regional (CORE) de Magalllanes.
El trabajo comenzó de inmediato y Lobos se sentó por primera vez en la cabecera de la mesa del Consejo tan pronto como fue electo, en reemplazo del presidente interino, Antonio Ríspoli.
Su primera misión, lo sabe bien el doctor, es comenzar a aterrizar las promesas y anuncios del Plan de Zonas Extremas; los diseños para las primeras obras serán solicitadas por el intendente Jorge Flies al CORE.
No fue una ruta fácil. El 23 de junio pasado, cuando el CORE realizó la primera sesión extraordinaria para elegir a su presidente, Lobos ya había comprometido públicamente su apoyo a Miguel Sierpe (DC), junto a otros cuatro de sus colegas. Esa candidatura duraría tres semanas y nueve votaciones logrando seis votos, dos menos de los necesarios para lograr quedarse con el puesto.
La bajada de Sierpe y su contraparte, Nicolás Gálvez, el 7 de julio pasado dio paso a negociaciones para llegar a un candidato de consenso, todo en medio de acusaciones y molestias por las presiones ejercidas por la democracia cristiana desde fuera del CORE
El cargo de presidente del CORE trae la responsabilidad de moderar las sesiones del órgano colegiado, convocar a las reuniones y suspenderlas, además de ejercer el voto dirimente en caso de empate. Todas funciones que Lobos comenzó a desempeñar este lunes, inmediatamente tras su elección, y que, salvo una situación inesperada, tendría hasta el fin del presente Gobierno.