Falabella y Ripley son dos de las mayores multitiendas del país, archirrivales en los mercados de Perú y Colombia, y, desde hace algunos meses, contrapartes en una sabrosa disputa judicial que tuvo su origen en el registro de una marca.
El 7 de abril de 2014, el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) aceptó el registro de Días F Falabella, para ser usada en una amplia gama de productos y servicios, como el desarrollo y elaboración de un sistema de fidelización de clientes.
En su resolución, el director del Inapi, Maximiliano Santa Cruz Scantlebury, rechazó una demanda de oposición que presentó Ripley, el retailer ligado a la familia Calderón.
Esta última, asesorada por el estudio Sargent & Krahn, fundamentó en su demanda que la marca solicitada por Falabella, que en este caso es representada por Silva & Cía, presenta semejanza con su marca Días R, que entre otros distingue servicios de venta al detalle de toda clase de productos y de servicios de promoción de ventas al cliente frecuente.
Según Ripley, las marcas en conflicto son gráfica, fonética y conceptualmente semejantes. Sostuvo que la compañía ligada a las familias Solari y Del Río se limitó a tomar una marca registrada, y a cambiarle la letra R por la F y añadirle el housemark Falabella.
“Las marcas en conflicto colisionan en cuanto a sus ámbitos de protección, al buscar distinguir los mismos servicios y relacionados dentro de la clase 35, circunstancias todas que provocarán todo tipo de errores y confusiones en el público consumidor respecto de la procedencia de los productos a distinguir”, dijo Ripley en su demanda.
Reclamo “artificial”
A su turno la respuesta de Falabella, como era de esperar, fue diametralmente opuesta. En ella el retailer afirma que las marcas en disputa no contienen semejanzas relevantes.
Según su interpretación no basta con el hecho de compartir una sola palabra para que una de las marcas sea rechazada.
Categórica, Falabella señaló que el análisis presentado por Ripley “es artificial”, ya que las marcas -dijo- deben ser comparadas en su integridad, sin espacio a disecciones que destruyan su esencia.