“Bueno, muchachos. Me acaban de sugerir un juego muy entretenido. Es muy sencillo. Todas las mujeres se tiran al suelo y se hacen las muertas y todos nosotros (los varones) nos tiramos encima y nos hacemos los vivos. ¿Qué les parece?”.
Esa es la frase exacta que el ex Presidente Sebastián Piñera pronunciara en el curso de un masivo acto de campaña en la ciudad de Linares, Región del Maule, hace unos días.

Lo que parecía un chiste algo subido de tono, un tanto picaresco ante un auditorio de adultos que tienen el típico humor de la gente de campo, como lo es la zona de Linares, aunque residan en ciudades no tan grandes como Santiago, Concepción o Rancagua, desató una tormenta verbal hasta con la participación de la mismísima Michelle Bachelet, Presidenta de Chile.

¿Machismo puro?., ¿Ofensa para las mujeres?, ¿Falta de respeto?, ¿Chiste malo,? ¿Hiperreacción?, ¿Dermis muy sensibles?, ¿Aprovechamiento electoral?
Broma desubicada y tantas descalificaciones y reproches como personeros del oficialismo, de organizaciones feministas, calificadas como astillas de ese mismo palo, la Presidenta, los parlamentarios y cuántos pudieron acercarse a un micrófono de cadenas de radios, de televisión o medios digitales e impresos.

Y no sólo reproches oficialistas: hubo más de uno que, casi como de costumbre, son expertos en hacer uso del “fuego amigo” en contra del ex Presidente.
Pero también hubo defensores del favorito en todas las encuestas, que fueron desde criticar la sensible dermis del oficialismo y sus “cajas de resonancia”, incluso internacionales, quienes plantearon, por una parte, que una broma desubicada no alteraba el compromiso de Piñera con la lucha por los derechos de las mujeres y recordaron, entre lo más importante, que durante su anterior mandato hasta se había promulgado la ley que extendió el post natal a seis meses (aunque hubo más de una que se vistió con ropaje prestado, atribuyéndose la iniciativa gubernamental de Piñera y su equipo).

Pero la defensa más certera, más cercana y muy clara, provino de Cecilia Morel, la esposa del ex Presidente y que terminó denunciando que desde Bachelet hacia abajo o hacia arriba, no se sabe muy bien, en todo caso, estaban haciendo uso electoral del chiste de su marido.
Los analistas y periodistas que analizan los hechos  políticos en este año electoral lo han dicho muchas veces: los errores se pagan y pueden costar caro.

Pero también se sabe, sin ser ni analista ni comentarista ni periodista del sector político, que Sebastián Piñera es objeto de una campaña sistemática de desprestigio, acusaciones de todo tipo que, al final, quedan en nada, pero aparte de un efecto mediático de corto plazo, algo así como “un chispazo sin chispeza”, no consiguen ni derribarlo ni impedir que siga al frente de los postulantes a  La Moneda (un disparo de nieve, según los nostálgicos de un tal Silvio Rodríguez, protegido, dicen, del  fallecido dictador cubano – comunista Fidel Castro).

A NIVEL INTERNACIONAL
Los medios internacionales gustan de estas situaciones porque responderían a la imagen que los europeos y los norteamericanos han creado acerca de los dirigentes políticos  y la política “sudaca”, como llaman a los latinoamericanos en la Madre Patria.

También hay quienes que no son objetivos, precisamente, y miran los hechos con ojos interesados y por todos los que tienen muy claro que los socialismos terminan cuando se acaba el dinero que ha estado en los bolsillos de otros porque el estado benefactor, como se disfrazan las dictaduras populistas de izquierda, sólo crea miseria, burocracia, represión y divisiones dentro de las sociedades que, en algún momento, creyeron y confiaron en líderes como Chávez o Maduro, por mencionar sólo el caso venezolano, porque hay varios más.

Singularmente, no se ha escuchado el reproche del Movilh ni de las organizaciones “trans”, aunque sí de entes lésbicos y otros por el estilo, defendiendo a las mujeres (sic).

PERDÓN, NO ERA MI INTENCIÓN
Piñera reconoció su error y pidió perdón por lo que algunos denominan desatino.
Pero tanto él como su esposa y quiénes lo defendieron de los ataques pusieron el dedo en la llaga que más le duele al oficialismo al preguntarle al país si el Gobierno no tiene problemas más importantes que resolver y se dedica a denostar a un aspirante a la Presidencia.

Por ejemplo, la economía “va a crecer el próximo trimestre”; el déficit presupuestario está controlado, pero no hay plata para muchas cosas que lo requieren; la deuda hospitalaria va a llegar a más de 400 mil millones de pesos cuando este gobierno se marche de La Moneda; la cesantía sigue al alza y podría ser mucho mayor si no hubiera miles de chilenos vendiendo sándwiches, pasteles, empanadas, artesanía y cuanta cosa pueda venderse en cuánta oficina se autorice para llevar dinero a los hogares ya endeudados; y las pensiones, no las de Gendarmería; y los miles de millones de pesos defraudados, malversados o robados por aquí, por allá y a cullá; y los medicamentos, y el pan, y la carne, y la leche, y los sueldos, ¿cuándo?
No se sabe, y ese sí que es un chiste malo porque no saca ni una sonrisa, aunque fuera la del rictus de la resignación.

NO ES NUEVO
Las frases desatinadas no son nuevas en la historia humana y tienen mucho de todo.
Por ejemplo, Judas preguntó si sería él quién entregaría a Jesús a sus captores, después que el Hijo de Dios anunciara que uno de sus apóstoles lo haría después de la Última Cena.

Y de ahí, para adelante hasta llegar al siglo veinte, con José “Papito”, para los comunistas del mundo, Stalin llamó a defender “la Santa Madre Rusia” de los ataques alemanes, por ejemplo.
O a Winston Churchill prometiendo “Sangre sudor y lágrimas” durante la Batalla de Inglaterra contra los nazis.
Y para qué decir de los desatinos del más reciente Presidente de los Estados Unidos, que a muchos les hizo recordar la frase de Mao Zedong, el más importante de los comunistas chinos: “una chispa puede incendiar una pradera”.

EN CHILE
A modo de recordatorio, con algo de humor negro, pero no demasiado, algunas frases que son parte de la historia de Chile:
“De La Moneda me sacarán en pijama de palo”, dijo Salvador Allende.
“En este país, no se mueve una hoja sin que yo lo sepa”, dijo el general Augusto Pinochet.
“Al país entran por miles los israelíes como Pedro por su casa”, del senador socialista Carlos Tuma.
“Mi pega la he hecho bastante bien, pero el sueldo es reguleque”, de la ex vicepresidenta de la Junji, Ximena Ossandón.

“Hinzpeter (ex ministro del Interior de Sebastián Piñera) tiene el síndrome del niño abusado: un judío que actúa como nazi”, diputado comunista Hugo Gutiérrez.
“Soy uno de los tantos millones de chilenos que brindamos ante el partido de nuestra Selección”, diputado, en 2010, luego de ser detenido por haber sido sorprendido por Carabineros, conduciendo un vehículo bajo la influencia del alcohol.

“El Internado Nacional Femenino era un puterío”, ex alcalde de Ñuñoa, Pedro Sabat, al terminar una de las “tomas” del establecimiento el año 2012.
“La Ena no lo vende ni lo arrienda, sólo lo presta”, senador Ricardo Lagos Weber, luego de conocer que Ena von Baer había dicho que las embarazadas prestan su cuerpo.
“Camila Vallejos y toda directiva de la Confech no le han trabajado un día a nadie”, diputado UDI Gonzalo Arenas.
“No sé, no sé”, respuesta del senador Manuel José Ossandón a preguntas acerca de su gestión parlamentaria, en el programa de televisión “Tolerancia Cero”.

“Me enteré por la prensa”, Presidenta Michelle Bachelet acerca del Caso Caval, operación inmobiliaria calificada como “medio trucha” y realizada por su nuera, Natalia Compagnon en las cercanías de Rancagua, por lo cual enfrenta a la justicia.
“Esta Rusia no calienta a nadie”, titular de la revista satírica “The Clinic”, como titular con la fotografía de la senadora y aspirante presidencial DC, Carolina Goic, caricaturizada con el uniforme de José Stalin, su gorra y sus bigotes.
“Habría sido más barato haberla matado”, abogado Ricardo Flores, defensor público de Mauricio Ortega, único condenado por el delito de parricidio frustrado, lesiones graves y gravísimas en contra de Nabila Riffo.

EPÍLOGO
Podrían citarse muchas y muchas otras frases polémicas de los actores de la vida nacional, principalmente: son los “aportes” de sus respectivas condiciones humanas.
Claro que se echan de menos, en la reciente polémica por el “chistecito” de Piñera, que no haya habido esa misma reacción cuando se denigró la figura femenina con la recordada “muñeca inflable” de cierto ministro del área económica  de este gobierno o que hubiera habido una condena similar para un diputado DC, de apellido Rincón, denunciado, procesado y condenado por dárselas de machito castigador de su pareja o a una ex directora del Sename que declaró que una de las niñas abusadas – Lisette – “había muerto de pena”.