Una nueva investigación interna ha sacudido la cárcel de Punta Arenas, luego que se descubriera que funcionarios penitenciarios vendían “completos” (hot dogs chilenos) a los internos.
Este incidente ha derivado en la suspensión y posible baja de al menos cuatro funcionarios, sumándose a una lista creciente de desvinculaciones en la institución.
Según la información recabada, los funcionarios involucrados ofrecían estos productos comestibles a los reclusos a un valor de $3.500 por unidad. Se indicó que el precio de venta al público general es de $1.500 pesos, por lo que diferencia sugiere un claro aprovechamiento de la condición de privación de libertad de los internos, quienes se veían obligados a pagar un sobreprecio significativo.
La situación fue detectada por la autoridad penitenciaria, la que rápidamente dio inicio a un proceso investigativo interno.
La investigación actual ha puesto al menos a cuatro funcionarios bajo sumario administrativo, enfrentando la posibilidad de ser dados de baja del servicio penitenciario, dependiendo de sus niveles de responsabilidad en el hecho.
Este incidente no es aislado. Hace algunos meses, la misma institución fue objeto de investigaciones internas por una serie de intentos de fuga que involucraron a personal. De hecho, en lo que va del año, cerca de ocho funcionarios de Gendarmería en la región ya han sido desvinculados como resultado de diversos sumarios administrativos.
Se intentó obtener una declaración oficial de la Dirección Regional de Gendarmería, pero se informó que actualmente no contaban con un encargado de comunicaciones para atender la solicitud.
Las diligencias, están siendo llevadas a por la Oficina Regional de Investigación Criminal.