“Cuando ocurre un femicidio, la mujer víctima pasaba
a convertirse solo en una cifra, por eso el trabajo estuvo enfocado en
contactar con familiares, visitar los lugares en donde ocurrieron los
crímenes... En este contexto empecé a tener contacto con sobrevivientes, para
contar un poco como el lado positivo de la vida”.
Fue en medio de su trabajo
llamado “A-MOR” que Cristóbal Olivares, reconocido fotógrafo internacional
llegó a conocer a Carola Barría, la puntarenense que en septiembre de 2013,
sufrió a manos de su ex pareja, quien le sacó los globos oculares frente a su
pequeño hijo de cinco meses. Barría fue hallada
en la vía pública por un transeúnte, lo que permitió salvarle la vida.
Sus secuelas de por vida,
reflejados de manera profunda por el lente de Olivares fueron los que lo
hicieron ganar la 39 versión del concurso nacional de fotoperiodismo FotoPrensa
2017, el que reunió más de 130 fotógrafos y dos mil imágenes que contaron lo
más relevante y lo más histórico del 2016, un año marcado por movilizaciones
sociales y crisis medioambientales.
Olivares habló con Diario El
Pingüino sobre su premio y la importancia de esta fotografía, que buscaba
retratar, dentro de todo el suplicio por el que pasan miles de mujeres víctimas
de abusos y violencia, una luz de esperanza.
“Llamé a una amiga de la revista
Paula para que me diera el contacto de Carola, quien aceptó, así que tuve que
viajar a Punta Arenas, pero a mí no me mandó ningún diario ni medio ni nadie a
hacerle la foto”, expresó el fotógrafo.
Sobre la reunión que sostuvo con
Barría, el ganador de FotoPrensa 2017 contó que “igual tuvimos que hacerlo un
poquito rápido. Conversamos y todo sin foto, y dentro de eso me contó su
historia, aunque yo ya había investigado sobre el tema. Sacamos un par de fotos
y listo, ella estaba cuidando a uno de sus hijos, por lo que no le quité más
tiempo”, contó.
“A pesar de todo lo terrible que
le ha pasado, encuentro a Carola una mujer increíblemente fuerte, es tremenda
mujer, por la actitud que tiene, imagínate que terminó sacando su carrera
universitaria con promedio 7 y con tres hijos, todavía es capaz de reírse”,
destacó el fotógrafo.
Sobre el premio, Olivares comentó
que “apenas supe del premio, porque me llamaron y dijeron que me había ganado
algo, no sabía bien qué hasta que vi la foto, la llamé y le conté, así que
estaba contenta y nada, todas las veces que hablamos por teléfono nos reímos
mucho y ella considera que es importante que no se olviden de estas cosas. Ella
en algún momento me dijo también, que si su caso servía para darle esperanza a
las mujeres que están en las mismas, era lo más importante”.
Luego de realizar otros trabajos, Olivares pretende volver con este trabajo fotográfico con testimonios de Chile y Argentina, que visibilicen a la mujer no solo como víctimas de violencia, sino como personas fuertes que sepan salir de la adversidad.