Las llamas del incendio que destruyó la casa habitación del ex alcalde de Porvenir y de Timaukel, Fernando Callahan Giddins, más el lodge de pesca situado en el sector de Pampa Guanaco, hicieron humo parte del gran esfuerzo desplegado en ese aporte al turismo fueguino durante casi siete inviernos.
“El sábado (2 de septiembre de este año), mi señora y yo, a eso de las cuatro de la tarde, fuimos a un lugar distante a unos doce kilómetros del complejo que conformaron nuestra casa, el lodge de pesca y tres cabañas, porque sólo en ese punto, la antena para celulares instalada allí nos da señal para hablar con los hijos, en Porvenir y Punta Arenas; revisar los mensajes, los correos, los whatsapp y lo que atañe al trabajo turístico en esa apartada zona”, contó Fernando Callahan.
Cuando regresaban al complejo turístico, “una persona que corría desolada por el camino, nos avisó del incendio en nuestra casa. Le pedimos que fuera a avisar a Carabineros de Pampa Guanaco y nosotros partimos a ver qué ocurría, pero cuando llegamos, nada se podía hacer, porque el incendio ya había tomado demasiada fuerza”, recordó el ex alcalde, hoy empresario turístico.
Después llegaría Carabineros, personal y medios del campamento de la Constructora Vilicic, que llevaron incluso un camión aljibe para combatir las llamas del siniestro, trabajo que la familia Callahan estima como invaluable y fundamental para haber contenido el incendio y evitar que las otras tres cabañas del complejo fueran destruidas también.
Las pérdidas que causó el siniestro se estiman en no menos de $ 70 millones, pero Fernando Callahan, su esposa, sus tres hijos y sus nietos, ya han sumado esfuerzos y voluntades para enfrentar el futuro y esta temporada, la cual se espera auspiciosa para la isla de Tierra del Fuego, en general, y para la pesca deportiva en el Lago Blanco, por nombrar sólo uno de los atractivos de Pampa Guanaco y sus alrededores.
Y queda flotando en el aire, tan puro y tan perfumado por los bosques, a la vez, que, en una de esas, Fernando Callahan y su familia logren “pillar la señal del celular”, sin tener que recorrer doce kilómetros de ida y otros doce kilómetros de vuelta para comunicarse con los hijos, los turistas y los nobles amigos que tienen no sólo en la isla fueguina.