Las panaderías son un lugar característico de cada barrio de la ciudad. Gracias al sabor casero, la atención cercana y el ahorro de tiempo han logrado mantenerse y las personas siguen prefiriéndolas para comprar las hallullas, pan amasado o marraquetas, por sobre lo que ofrecen las grandes cadenas.
Sin embargo, con la alta competencia que existe actualmente, la evolución gastronómica y la aparición de centros comerciales en la zona, con el paso de los años las panaderías de Punta Arenas han debido ir expandiendo su oferta, donde ya no solamente se dedican a la elaboración de distintos tipos de panes, sino que han ido incluyendo distintos productos, para poder seguir vigentes y así llegar a un público más amplio.
Tal
es el caso de la Panadería ”Musac”, ubicada en calle Maipú, que es una
de las panaderías más antiguas de Punta Arenas, con 104 años de
tradición familiar. Su dueña, Patricia Bartulovich, comentó que “en un
inicio sólo se vendía pan, pero con el paso del tiempo se fue ampliando
la oferta e incluyeron pasteles, cecinas y otras cosas, siendo las
tortas de galleta una de las favoritas del público.
Las personas que entran a comprar son clientes recurrentes que llegan desde distintos sectores de la ciudad, aunque la mayoría son personas del sector, pero también viene gente de lejos, porque a todos les gusta mucho el pan que hacemos”, comentó Patricia.
Algo
similar ocurrió en la panadería “El Molino”, que lleva más de dos
décadas en calle Zenteno, donde en un comienzo se dedicaron solamente a
la venta de pan y de comidas preparadas, pero con los años han ido
incluyendo nuevos productos.
María Paredes, encargada de compras y que trabaja en el local desde sus inicios, indicó que “hemos ido agregando nuevos productos, como masas, pasteles y diferentes tipos de pan. Pero desde que se fundó, la hallulla ha sido lo más vendido”.
Ernesto
Barra se dedicó durante mucho tiempo a la zapatería, pero hace doce
años decidió cambiar de rubro y abrió la panadería “Laurita”, en Rómulo
Correa. Donde también ha debido diversificar la gama de productos para
poder aumentar sus ventas, pero a pesar de eso, el pan sigue siendo el
producto estrella.
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"El pan no alcanza a salir y ya se lo llevan todo, se vende muy rápido. Al local llegan vecinos de todos lados, no solamente a comprar pan, ya que también vendo pasteles, empanadas y otros tipos de alimentos. Nos hemos ido ampliando con el tiempo en cuanto a productos”.
Las ventas y fabricación del pan está lejos de decaer. Según un estudio del Sernac del año 2015, los chilenos consumen un promedio de 90 kilos de pan anualmente, cifra que se ha mantenido con el paso de los años.