L a Fuerza Aérea de Chile ha ido adquiriendo una importancia fundamental en la Región de Magallanes y Antártica Chilena. El comandante en jefe de la IVª Brigada Aérea, general de Brigada Aérea (A) Eduardo Mosqueira Cruz, entregó a El Pingüino Multimedia parte de sus  reflexiones en torno al ello. 

- ¿Cuál considera usted que han sido los principales hitos dentro de su gestión al mando de la IVa  Brigada Aérea en la Región de Magallanes?

“Nosotros cumplimos con tres tareas, fundamentalmente. La primera es custodiar la soberanía de los cielos de la región de Magallanes y la Antártica Chilena, por lo tanto, nos enfocamos en que no ingrese tráfico desconocido y mantener la soberanía en la parte aérea. Otra tarea es la que cumplimos en el territorio antártico, marcando presencia, entregando soporte operativo  y logístico, apoyando la exploración científica, y salvaguardando la vida humana de las personas que habitan en ese territorio tan remoto. Nosotros somos la puerta de entrada al continente blanco, por lo que entregamos todo nuestro apoyo en esta materia. Contamos con medios aéreos permanentes, los 365 días del año,  y tenemos un Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo que está asentado aquí en Punta Arenas,  y que tiene un subcentro en la Antártica, que nos permite cumplir con esta misión dentro de nuestra jurisdicción, actuando frente a emergencias, como evacuaciones aeromédicas y rescates aéreos, como lo hemos hecho este año en varias oportunidades. Y una tercera tarea, que es apoyar a la comunidad con nuestros medios polivalentes, en el caso de catástrofes como incendios, inundaciones y terremotos, y también evacuaciones aeromédicas”.

- ¿Cuáles son los procesos que se generan para la presencia Antártica, tomando en cuenta operaciones 365 días y presencia permanente en el continente blanco?

“Para todas nuestras labores tenemos protocolos y procedimientos, en el caso de efectuar una evacuación aeromédica, por ejemplo, o un rescate, se activa todo un sistema en el RCC Punta Arenas y en el Subcentro de la Antártica para actuar de la mejor manera frente a la emergencia. En esta secuencia de eventos se solicitan las condiciones meteorológicas, antecedentes de la o las personas, lugar del accidente, condiciones del aeródromo Teniente Marsh, condiciones en Punta Arenas, entre otros, y luego comienzan los procedimientos para definir el material de vuelo, que puede ser el avión Twin Otter o el helicóptero Bell- 412. Se llevan a cabo todos los protocolos para ver las condiciones en que están los pacientes o los heridos, se otorgan las autorizaciones necesarias, y se realizan las coordinaciones desde el puesto de mando para evacuar o apoyar en la operación, según corresponda. Es un protocolo que ya está establecido con diferentes organismos y personas a cargo”.

- Considerando las particularidades de la zona,  ¿cuál es la preparación con que cuenta el personal de la FACh para operar en la Región de Magallanes y la Antártica?

“Nuestros programas de entrenamiento los enfocamos en diferentes aéreas, orientados a evacuaciones aeromédicas, procesos logísticos y transporte de pasajeros, de tal forma que el entrenamiento nos va habituando en la operación. A modo de ejemplo, en la Unidad tenemos el Grupo de Aviación N°6, que vuela acá en Punta Arenas, y habilitamos pilotos para operar en la Antártica, entonces realizamos un entrenamiento a esas tripulaciones para que vayan al territorio blanco, estén volando en la zona, realicen el curso Antártico y de operaciones en nieve, y vuelvan nuevamente a operar a Punta Arenas.  Entonces, cuando yo necesito este componente humano, ya están listos para operar en la Antártica. De esta manera, nuestros programas están orientados a diferentes habilitaciones, como pilotos por instrumentos, pilotos en curso en nieve, pilotos instructor de vuelo, y vamos capacitando a las tripulaciones para que estén entrenadas y preparadas”.

- Dentro de las políticas de confianza mutua entre Chile y Argentina, ¿cómo se manifiesta en las operaciones de la FACh?

“Esto se ve manifestado sobre todo en la Antártica, ya que ambos países tenemos la responsabilidad en la península. Es así que, cuando se genera una emergencia o algún accidente aéreo que pueda producirse en la zona, tenemos que coordinar con el centro RCC de Comodoro Rivadavia la gestión de estos rescates, de manera conjunta.  Esto es lo que pasó para el accidente del Twin Otter de la Base Marambio en agosto pasado, ya que Argentina no contaba con los medios aéreos para hacer la operación y solicitó a la Base Presidente Frei, a través del RCC nuestro,  ir al rescate de la aeronave accidentada. De esta forma, hay protocolos que ya están establecidos para la cooperación mutua entre ambos países y, en este caso, como nosotros tenemos presencia permanente en la Antártica, nos da la posibilidad de apoyar a otros países en la zona”.

- ¿Cuál es su percepción de la población con la FACh en la región?

“Nosotros estamos en constante contacto con la comunidad para que nos conozcan. Sabemos  que, físicamente, estamos alejados de las ciudades; en el caso de Punta Arenas, la Base Aérea Chabunco se encuentra a 22 kilómetros de la ciudad, y en el caso de Iquique estamos a 45 kilómetros. Nuestra gente cumple sus funciones en la Base, por lo tanto, no tenemos una interacción constante y diaria con la ciudadanía, o que nos vean de uniforme caminando en las calles, pero sí desarrollamos y participamos en iniciativas que estrechan nuestro vínculo con la comunidad.  Una acción que hemos implementado y que ha tenido muy buena acogida, es abrir las puertas de nuestra Base para que la gente venga y conozca nuestro quehacer, lo que nos ha permitido interactuar con colegios, universidades, jardines infantiles, organismos públicos y recibir  visitas profesionales, previa solicitud. Y es que al estar alejados, no todas las personas saben lo que hacemos y tal vez se lo pregunten, por eso aprovechamos estas instancias para mostrar in situ y de manera práctica nuestra labor. Así también cuando participamos en charlas, exposiciones, seminarios, ferias y congresos, transmitimos y acercamos nuestro trabajo al público. Y hay otro momento en que nos mostramos, que es en caso de catástrofes y emergencias, como sucedió para el desborde del Río Las Minas, que nos vieron junto a la Armada y el Ejército trabajando en las calles, y en tareas de socorro a las personas, siendo una de las tantas labores que no necesariamente conocen, pero que estamos constantemente haciendo, especialmente, en la Antártica, donde hemos tenido bastantes accidentes y evacuaciones. 

En este sentido, me gustaría agradecer el trabajo de los medios de comunicación, que aportan a difundir nuestras actividades, iniciativas y acciones, ya que de esta forma la gente se puede informar de los rescates, por ejemplo, o de nuestra participación en el Congreso de las Ciencias y la Tecnología;  dando cuenta de que no solamente estamos en caso de un conflicto, sino también para apoyar a la comunidad.

- La FACh ha tenido una importante participación en actividades de tipo científico y tecnológico, en donde hemos podido observar un rol activo. ¿Cómo se generó este proceso?

“Con la inclusión del nuevo avión de combate en la Fuerza Aérea, que es el F-16, tuvimos que dar un gran salto en el aspecto tecnológico, por lo tanto, nuestros sistemas son de avanzada, y tenemos que ir adquiriendo conocimientos constantemente. Desde ahí nosotros hemos dado un gran avance con nuestro personal, capacitándolo en distintas aéreas, como en electrónica, radares y misiles, elementos que son de alta tecnología, llevándonos a un nivel de avanzada. Esto nos involucra a nosotros, por ejemplo, con la Universidad de Magallanes y el Programa Explora Magallanes, con Centros de Desarrollo y colegios que implementan proyectos en el ámbito de las ciencias, apoyándolos con nuestras capacidades y participando en seminarios y congresos”.

- La FACh tiene distintos hitos dentro de la historia de la Región de Magallanes, en donde la Antártica ha sido parte de fundamental de ese esfuerzo. ¿Cómo se proyecta esta labor a futuro y que desafíos vislumbra?

“Me encantaría proyectar la Fuerza Aérea. En este momento, tenemos capacidad en el territorio antártico, como los recursos aéreos de aviones y helicópteros, y también medios a nivel central, como el C-130 Hércules que nos colabora en esta campaña Antártica, casi mensualmente. Pero nos gustaría tener una tecnología mayor, como fibra óptica, por ejemplo,  lo cual nos permitiría tener acceso a internet y otras capacidades de comunicación, de vigilancia, o de control y mando. Hoy tenemos el control sobre las unidades de vuelo, pero con sistemas internos de la Fuerza Aérea, que va n verificando el trayecto de los aviones, pero son sistemas de red de baja perfomance. La fibra óptica nos permitiría un sistema de mando con mayores capacidades, y un sistema de comunicaciones fortalecido, dando un salto tremendo para Chile e, incluso, para prestar  servicios a otros países. Sería un gran avance como Fuerza Aérea y como región”.

- Hace un par de semanas la base Frei Montalva cumplió 50 años, muestra del accionar de la FACh que está ligado a la Antártica,  ¿Qué significó para usted ser parte de este hito entregando la medalla a la dotación de la base?

“Realmente para mí fue muy emotivo y estaba comprometido con estar presente en la entrega de la medalla “Ruta del centenario de la Fuerza Aérea de Chile”, con motivo de los 50 años de la Base Frei. A mi parecer, la Fuerza Aérea aquí en la región es querida por la ciudadanía. Si uno se recuerda la historia, nosotros partimos con el señor Luis Omar Page tratando de volar en el Club Hípico y sus primeras acrobacias, quien después se retiró para incentivar la parte aeronáutica. Después estuvimos en Catalina; posteriormente, en Cabo Negro, y siempre miramos la Antártica como un futuro, que había que llegar, primero a la puerta de entrada y luego al Polo. La Fuerza Aérea siempre ha estado presente en esta historia y a mí me gusta resaltar esto, para no dejar en el olvido ese sacrificio que significó llegar a la Antártica, como cuando se hizo el primer vuelo con Arturo Parodi, o cuando llegó el primer Twin Otter y aterrizó en el aeródromo Teniente Rodolfo Marsh, en 1980. Cuando construimos la pista y arribó el primer C-130, hay un antes y un después en la historia de la Antártica; un antes en que estábamos solos y un después en el que comenzaron a llegar más países. Si uno mira previo a 1980, había pocos países, pero actualmente somos 22 países en la península. Nosotros fuimos ese impulso para ir a la conquista de la Antártica, para después continuar hacia el interior con base Carvajal, base Gabriel Gonzá lez Videla, y ahora con Glaciar Unión, marcando presencia en el arco polar. Ahí vamos a operar casi por un mes con las otras Fuerzas Armadas, que son el Ejército y la Armada. Entonces cuando voy a entregar la condecoración de los 50 años de presencia de la FACh en la Antártica es realmente un momento importante. Han pasado hombres por esa Antártica que se han sacrificado por la institución y por mantener la presencia de Chile allá, con todo lo que implica vivir en un continente tan alejado, con condiciones climáticas extremas y lejos de sus familias, ya que puede nacer un hijo en Santiago o en Iquique mientras el padre se encuentra en la Antártica, cumpliendo una misión para el país. Por lo tanto, el significado de esa medalla es un reconocimiento a todos los hombres de la Fuerza Aérea que han llegado a la Antártica y a los que vendrán en el futuro”.