Hace décadas que escuchamos comentarios acerca de la importancia ufológica
que tiene nuestra Región de Magallanes y Antártica Chilena, debido
principalmente a la gran cantidad de reportes de avistamientos de ovnis que
desde estas latitudes se obtienen y difunden en todo el mundo. Es así como una
serie de videos, relatos e historias han sido narradas en profundidad por
importantes series o documentales, como fue el caso del mítico programa OVNI, exhibido
por TVN en el año 2000.
Algunos casos
magallánicos son sinceramente muy atractivos y tal como señalaba, han dado la
vuelta al mundo precisamente por la complejidad que revisten.
Para hacer
mención solamente, tenemos el legendario caso de Juan Maldonado, en la Estancia
Río de los Ciervos a partir del año 1977. Otro interesante reporte, es el llamado
“tiempo perdido” de la conductora de televisión magallánica Miroslava González a
inicios de la década de los ochenta y que, al igual que en el caso de Maldonado,
las luces u objetos que se observaron se complementan con el relato de otros
fenómenos
que tampoco gozaron de alguna explicación.
Siguiendo
solamente con el registro de manifestaciones insólitas, tenemos un avistamiento
masivo en el aeropuerto Carlos Ibáñez del Campo en el año 1992, y que de manera
parecida se repite en el 2011.
Tal como lo
decía el muy querido y recordado ufólogo magallánico Eugenio Bahamonde Pérez,
fallecido el pasado 6 de agosto del año 2018: “Magallanes en el tema ovni, es una zona privilegiada”, y eso también
pueden corroborarlo otros investigadores locales, como es el caso de don Walter
Vera V., quien, en compañía de otros estudiosos del fenómeno, transmite desde
hace diecinueve años el programa semanal “La Búsqueda Continua” desde Radio
Natales.
Por estas
razones, es que en esta columna podremos desarrollar con detalle cada uno de
los casos más relevantes del acontecer ufológico magallánico, sin dejar de lado
el complemento histórico que, a su vez, nos sitúa en el contexto mundial de la
temática ovni y cada una de sus derivaciones.
En esta
oportunidad, haré mención precisamente al reporte del 03 de marzo del año 2011,
cuando dos aeronaves en vuelo se vieron involucradas en la observación,
registro y denuncia de un insólito fenómeno, que por varios minutos evolucionó
sobre nuestros cielos y que hasta el día de hoy no existe una explicación
racional para entender el extraño suceso.
Todo
comienza a las 11:30 AM, cuando el vuelo DAP 12, despegado del aeropuerto
Carlos Ibáñez del Campo con destino al aeródromo Capitán Fuentes Martínez de
Porvenir, llama por radio al Centro de Control de Área de Punta Arenas,
consultando por un objeto que observaba sobre el cerro Mirador y que no tenía
las características de un avión o un helicóptero. El Controlador del Radar le
responde en frecuencia, dándole información de los tráficos que en ese preciso
instante se encontraban sobrevolando la zona, pero ninguno coincidía con el
lugar, ni con la forma del objeto reportado por el piloto. Transcurridos veinte
minutos, a las 11:50 AM aproximadamente, otra aeronave de la misma empresa, con
la designación DAP 21, proveniente desde Puerto Williams hacia Punta Arenas,
mientras volaba sobre el Estrecho de Magallanes ya cercano a iniciar la
aproximación al aeropuerto, es notificada por el mismo Controlador de Tránsito
Aéreo, que en presentación radar tiene un tráfico desconocido a cuatro millas
(7,2 km) y a las doce de su posición, es decir inmediatamente al frente. Luego,
le señala que no posee información de altitud del objeto, pero que su
desplazamiento era “lento y errático”. Cuando le contesta el piloto del DAP 21,
el objeto ya no se encontraba en la pantalla del radar, desapareciendo de
manera definitiva.
La
información de este caso llegó a los pocos días a las dependencias del Comité
de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos (CEFAA), perteneciente a la DGAC,
iniciándose una detallada indagación, donde junto con la toma de declaraciones,
se efectuaron una serie de pericias con tal de encontrar alguna explicación
para un suceso un tanto excepcional y al mismo tiempo atrayente, ya que el
vuelo DAP 21 estuvo a una distancia muy corta de la manifestación, pero al
indagar en las comunicaciones radiales y en los posteriores informes, se logó determinar
que la tripulación nunca observó nada anormal, salvo una nube lenticular sobre
el estrecho de Magallanes entre el sector de Porvenir y Punta Arenas y que se
apreciaba al frente de su posición. Esto, a pesar que en el radar se logró
detectar un objeto desconocido.
Les comento
que tiempo más tarde conversé con el piloto que realizó la primera denuncia por
radio, contándome que desde tierra había observado primeramente el objeto, estampando
además un antecedente extraordinario y que coincide con lo descrito por la
tripulación del segundo vuelo. Este piloto me reveló que distinguió sobre el
cerro Mirador una especie de nube lenticular, gris, alargada y que se
desplazaba de manera errática, al sentido contrario de las otras nubes que se
movían por el viento. Ese avistamiento lo hizo instantes previos a su vuelo y
logró confirmar aquella observación inicial posteriormente desde el aire. En
otras palabas, una vez que corroboró la anomalía, hizo la denuncia por
frecuencia.
En
conclusión, la manifestación anómala que se reportó puede perfectamente ser
catalogada como ovni, (objeto volador no identificado), ya que fue captado por
el radar del Centro de Control de Área del Aeropuerto. A su vez, lo observó
directamente el piloto de la primera aeronave que lo denuncia, en cambio la
tripulación del segundo avión, solamente describió una difusa nubosidad, debiendo
por precaución ejecutar un desvío en la dirección de aproximación, previo al aterrizaje.
La narración
de los pilotos deja de manifiesto que lo observado ese 03 de marzo del 2011, no
corresponde a una aeronave convencional y confirma que, en los cielos de
Magallanes, cada cierto tiempo se observan algunas cosas raras. Es decir, Punta
Arenas es una zona de ovnis. Ahora, saber qué son esas manifestaciones, es el
gran problema, porque literalmente no tenemos la menor idea y entrar en el
campo de la especulación, en esta materia es un tanto irresponsable, porque
simplemente hoy no tenemos las pruebas objetivas o las herramientas
metodológicas que ayuden a entender este fenómeno tan caprichoso, pero a su vez
tan complejo y sobretodo fascinante.
Y usted
estimado lector, ¿ha visto algo extraño en nuestros cielos?