La Bahía Fildes, en la isla Rey Jorge, se encuentra a solo dos horas de vuelo de Punta Arenas, pero está dentro del cinturón de frío que establece la corriente circumpolar antártica y que resguarda un reino de viento, nieve y hielo. Sin embargo, en el último tiempo se han sucedido noticias de picos de calor en distintos puntos del sector norte de la península Antártica.
Allí en enero no nevó y los primeros días de febrero fueron “veraniegos” para el estándar polar con temperaturas de hasta 6º C. Quienes estuvieron en ese lugar dicen que la sensación térmica incluso llamó a salir con polera fuera de la base científica “Profesor Julio Escudero”, pero solo por unos minutos.
Tanto es así que este año el Continente Blanco está batiendo todos los récords de temperatura. A pocos días que en Base Esperanza (Argentina) se hayan registrado 18,3° de temperatura, la cual hasta ese entonces era la más alta en los últimos diez años, un registro de científicos brasileños de Isla Seymour, captó el récord histórico de temperatura más alta obtenida, 20,75°C, fenómeno anormal que está teniendo la Antártica en su totalidad.
Ambos antecedentes aún deben ser ratificados por la Organización Meteorológica Mundial, (OMM), pero los investigadores adelantaron su resultado a través de una publicación en el periódico británico The Guardian.
El paleobiólogo y director del Instituto Antártico Chileno, Marcelo Leppe Cartes, llamó a ser cautos y esperar la validación de estos registros por parte de la Organización Meteorológica Mundial.
“Esto no impide constatar que la tendencia al alza de las temperaturas en este sector de la Antártica es innegable y las consecuencias en el ecosistema ya comienzan a ser visibles. Estuve en febrero en el sector del archipiélago Shetland del Sur, donde están varias de nuestras bases, y varios glaciares mostraban un aspecto gris, terroso por los sedimentos que comienzan a aflorar ante la disminución de la masa de hielo”, manifestó.
Randall Ceverny, científico de la OMM sobre fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, comentó al respecto que “todo lo que hemos visto hasta el momento hace presagiar que el registro es, probablemente, auténtico. Sin embargo, como no puede ser de otro modo, iniciaremos un proceso de evaluación formal del registro en cuanto dispongamos de los datos completos de ellos y conozcamos las condiciones meteorológicas en las que se alcanzó ese valor de ambas temperatura. Parece que ese récord probablemente está asociado (a corto plazo) con lo que se denomina un episodio regional de ‘foehn’ en la zona: un rápido calentamiento del aire que baja de una ladera o montaña”.
Ceverny agregó que “es importante verificar ese récord de temperatura máxima porque ayuda a formarnos una idea del tiempo y el clima en una de las últimas fronteras de la Tierra”.
La Antártida, al igual que el Ártico, es una zona para la que las observaciones y los pronósticos meteorológicos son escasos, a pesar de que ambas ejercen una influencia decisiva tanto en las características climáticas y oceánicas como en la subida del nivel del mar.