Prudencia y tolerancia, dos cosas muy necesarias para una buena convivencia entre los seres humanos, siempre es necesario saber respetar y aceptar a los demás, hay que tener presente que nadie es más que nadie y todos merecen el mismo respeto, no importa ideologías, formas de pensar y ver el mundo todos los habitamos y como nadie debería cambiar por nadie, es más preciso ser tolerante aceptar las diferentes formas de pensar. Para evitar muchos problemas en la vida no hay que seguir los rumores, no hay que inventarlos pues no siempre se debe creer todo lo que se escucha, hay que ser prudentes muchas veces decimos es que hay que decir las cosas, ese no es el hecho siempre, si a ti te alzan la voz y tú también la alzas siempre habrá una discusión fuerte, a veces es mejor guardar silencio y distancia y solo ignorar para evitar problemas innecesarios
El hecho de tan solo de cruzar la calle en un paso de cebra es una muestra clara de prudencia, pues estás demostrando que además de respetar y acatar las normas valoras tu vida y la de los demás.
Otro ejemplo claro y preciso y tal vez que a veces no utilizamos es saber escuchar a un adulto cuando está hablando y también saber respetar una autoridad, aquí se muestra un claro ejemplo de prudencia y tolerancia pues debemos tolerar su forma de pensar, ambos se merecen respeto uno por el hecho de ser adulto y el otro por ser autoridad.
La prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela. También se entiende como la virtud de comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado, así como actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de los demás.
Por otro lado, la tolerancia la podemos definir como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida siempre que no atenten con los derechos fundamentales de la persona.
Basado en estos valores y frente a la intolerancia que observamos en nuestro país hoy en día es necesario recordar que la vida es un tesoro. Un tesoro que cada uno tiene y que comparte en su día a día. Un camino que recorremos, lleno de sorpresas, tristezas, alegrías, amigos, compañía y soledades.
Buscamos hacer de nuestra vida y de quienes están a nuestro alrededor, un espacio amable, en el que podamos querer y sentirnos queridos. De eso, de afectos y de pequeños instantes se compone el devenir de nuestras vidas, los valores hay que vivirlos.