El establecimiento “Caperucita Roja” de Punta Arenas, que es parte de la
JUNJI, ha estado plenamente vigente durante este año, ya que durante 2020 fue
sometido a un proyecto de conservación ejecutado. Esta inversión fue de $121.699.887,
en la que se incluyó: el levantamiento de una bodega de material didáctico en
el segundo nivel, un enroque entre el área administrativa y el comedor, el
reemplazo de un tobogán externo y la instalación de pavimentos de caucho
continuo en los patios, entre otras intervenciones.
La idea fue hacer mejoras para que el tradicional recinto cumpla con las exigencias
y pueda recibir el Reconocimiento Oficial (RO) del Ministerio de Educación
(MINEDUC). La iniciativa de conservación fue objeto de una reunión informativa
“Somos Vecinos”, organizada por Participación Ciudadana de la JUNJI, como una
manera de informar y recoger el parecer de la comunidad.
Es por esto que, se realizó la invitación a que los apoderados pudieran asistir
a una reunión virtual en la que estuvo la directora regional (S) de la JUNJI de
Magallanes, Marisol Villegas; la encargada nacional de Participación Ciudadana
institucional, Marcela Cornejo; y la directora del propio establecimiento,
Johanna Navarrete. Además de funcionarias y funcionarios institucionales, y el
arquitecto de Construcción y Mantención de Espacios Educativos, Marco Uribe.
La apoderada de Medio Menor, Verónica Romero, felicitó al equipo del jardín: “me
llamó la atención la belleza y lo grande que es el edificio. Estoy feliz que mi
hija sea parte de la comunidad educativa”, declaró. Katherine Mora, madre de
Ignacia Vidal, párvula de Medio Menor y dijo que “lamento no conocer las obras
personalmente, pero creo que aportaron color y alegría. Mi hija asiste
contenta. Felicito a la JUNJI por este trabajo”, afirmó.
Mientras que, la apoderada Montserrat Vásquez tuvo las siguientes palabras:
“agradezco las obras del arte que hicieron las madres, padres y apoderado”,
expresó. Esto, ya que hubo un concurso para el diseño de los pavimentos de
caucho instalados en los patios, donde la propia Montserrat aportó con un
dibujo.