El jueves, las paletas de las bencineras de Punta Arenas mostraban cómo el precio de la gasolina de 93 octanos llegaba ya a bordear los mil pesos por litro: 992 pesos en la estación de autoservicio Shell de 21 de Mayo 1314, 998 pesos en la Copec de Salvador Allende esquina con Frei, 999 pesos en la Petrobras de Salvador Allende 93, en Punta Arenas.
Los automovilistas magallánicos veían así con indignación cómo el precio de las gasolinas completaba la inaudita seguidilla de 34 semanas seguidas al alza, es decir, más de ocho meses y medio.
Si ésa es la realidad en Punta Arenas, en las zonas más extremas de la región, es aún peor. En Porvenir, la gasolina de 93 octanos llegó el jueves a 1.054 pesos, el litro; en San Gregorio, al lado de una refinería de petróleo, ésta también superaba los mil pesos, $ 1.004 para ser más exactos; en Puerto Natales, 1.031 pesos y en la zona más extrema de todas, en Puerto Williams, la gasolina de 93 octanos alcanzó el jueves los 1.181 pesos.
Es cierto que las alzas de precios arrecian en todo el mundo impulsadas por la reactivación de la economía mundial en pleno desconfinamiento. Las bolsas internacionales (menos la de Chile) vivieron esta semana días de fiesta y el petróleo, a pesar de todas sus incrementos también volvió a subir y cerró el viernes en 71 dólares. La analista Morgan Stanley indicó: “Han surgido algunos puntos débiles en la recuperación de la demanda de petróleo, pero es poco probable que eso cambie fundamentalmente la perspectiva. Pero la demanda de todas maneras superaría la oferta en el segundo semestre, lo que llevaría a que los precios del Brent se negociaran entre 75 y 79 dólares por barril durante el resto de 2021”.
También es cierto que las alzas afectan a todo Chile, pero al igual que ocurre con Williams, son los habitantes de las zonas más extremas las más castigadas de todas un país que es el segundo país más caro de Latinoamérica, en materia de combustibles. Por ejemplo, mientras en Punta Arenas la bencina de 93 octanos ya roza los mil pesos el litro, en la estación Shell ubicada en pleno centro de Santiago, el precio es de $ 884 el litro.
Por ello muchos dirigentes empresariales, sindicales e, incluso, economistas de Magallanes han pedido en todos los tonos que se tomen medidas urgentes para eliminar un impuesto que, sumado al IVA, representa la insólita cifra del 50% del valor de los combustibles que pagan los habitantes de las regiones más extremas, como Magallanes o Aysén.
El dirigente sindical de los trabajadores de ENAP Magallanes, Alejandro Avendaño, declaró que es insólito que se mantenga vigente un impuesto que fue creado en los años 80 para la reparación de las carreteras en Chile y que se debiera eliminar y aumentar la base impositiva, incluyendo a empresas que hoy están exentas de él, como la minería o el transporte aéreo.
En tanto, el presidente de la CPC Magallanes, Alejandro Kusanovic, plantea algo parecido, complementado con un aumento del IVA, y dice que el esquema actual es “una locura”.
Por su parte, el economista Alejandro Riquelme, va incluso más allá y sostiene que Aysén y Magallanes, a su juicio, “las únicas y auténticas regiones extremas de Chile”, debieran contar con un esquema similar a Isla de Pascua con una amplia exención de tributos, de modo tal de empujar efectivamente su desarrollo, dadas las enormes dificultades que enfrentan a diario sus habitantes.
Otros buscan soluciones más prácticas e inmediatas, como la dirigente vecinal de Llallau, Cecilia Cárdenas, quien recordaba cómo durante una visita del Presidente Sebastián Piñera hizo esfuerzos inauditos para saltarse los protocolos y llegar hasta Piñera con una propuesta para enfrentar las alzas de los combustibles. “Logré llegar hasta él con una propuesta de eliminar el impuesto específico y permitir que no sólo los autos del transporte colectivo puedan usar gas, sino también los particulares y años después, él tomó esta última medida que le ha ayudado a mucha gente”, dijo.
Y efectivamente, en junio del año pasado, se iniciaron las primeras conversiones de vehículos particulares en Punta Arenas, por un valor que oscilaba entre los 750 mil y el millón de pesos, muchas de ellas motivadas por personas que querían dedicarse a trabajar ocasionalmente como Uber, permitiendo así un ahorro en consumo de más de un 70%.
Sin embargo, Cárdenas está consciente que no todo el mundo puede hacer este cambio que entraña una inversión relevante, sobre todo cuando el vehículo en cuestión será destinado a fines particulares.
Por ello, cuando era presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Punta Arenas, convocó a todos los parlamentarios regionales. “La idea era pedirles un acuerdo que impulse la derogación del impuesto a los combustibles en zonas extremas como Magallanes, que tanto afecta a nuestros vecinos. Acudieron todos, menos uno que fue el senador Carlos Bianchi. Lamentablemente, sin embargo, no hubo ningún resultado, ni siquiera un pronunciamiento sobre la materia. Por eso tengo tanta rabia y molestia, porque cuando llegan las elecciones vienen y te prometen el cielo y después no pasa nada”.
Ahora, uno de esos parlamentarios regionales, Gabriel Boric, se perfila como una de las principales cartas presidenciales para las elecciones de noviembre. Pero lejos de proponer una rebaja de impuestos para los habitantes de Magallanes dada su condición extrema, Boric, el mismo que se subió a un árbol de Avenida Colón de Punta Arenas para reivindicar su infancia y origen magallánico y luego arrasó en las primarias, ahora propone un alza generalizada de impuestos para toda la economía nacional y, por supuesto regional, incluida la eliminación de los beneficios al Diésel que, a la postre, representan lo mismo. Como contrapartida, plantea una devolución del IVA a los sectores más vulnerables.
Sin embargo, sinceramente, no creo que esa devolución alcance para paliar los perjuicios que esa alza traerá a la castigada economía regional que apenas, empieza a recuperarse de la pandemia, más aún cuando hay tanta ineficiencia en el gasto público.
Tal vez, un mejor camino sea hacer como Cecilia Cárdenas quien hizo todo a su alcance para lograr del Presidente una solución concreta, aunque esta vez debiera ser más amplia y en la dirección correcta, como bajar o eliminar impuestos y no subirlos, al menos para los habitantes de la región más austral de Chile, la misma desde la cual se tiene el privilegio de observar el estrecho de Magallanes desde un árbol en una avenida.