El analista político y filósofo Max Colodro, que en su juventud militara en el Partido Comunista y luego en la Concertación, señaló al presentar la obra “El libro negro del Partido Comunista” de Mauricio Rojas, que una parte de la izquierda chilena simplemente no ve la realidad; que los muros de su ideología les son infranqueables ante las evidencias; en definitiva, son impermeables a los hechos. Así por ejemplo, porque les disgusta la idea, han sido incapaces de aceptar que mucha gente apoyó el Gobierno Militar, lo que se ha mantenido hasta el día de hoy, y de ello deriva su intención de silenciar bajo pena de delito, a todo aquel que manifieste alguna opinión favorable o neutra respecto de dicho gobierno. Que no son capaces de aceptar que el gobierno comunista y socialista de Salvador Allende fracasó porque quiso imponer a todo el país una visión e ideología minoritaria, lo que llevó al caos y a la cuasi guerra civil. Que no son capaces de aceptar que la derecha o quienes pretenden ocupar dicho espacio, hayan sido y sean gobiernos en democracia y de ahí su intención declarada de derrocarla, con el silencio cómplice de los ex Concertación. Que no son capaces de aceptar que la mayoría de las gentes no estaba por un cambio de Constitución, y de ahí que debieron usar la fuerza y el asesinato para torcer el destino del país. Un caso patético de ceguera o viveza se ha dado con la falsificación de las firmas de la Lista del Pueblo para el ex candidato presidencial mapuche Diego Ancalao, cuando entrevistado empieza por señalar que hay un complot de un partido de gobierno para quererle perjudicar, tratándose de liberar de tan grave y delictual responsabilidad.
En fin, buena parte de la izquierda y/o progresismo chileno y diría, internacional, está atado a su ideología y por eso aunque sea evidente por ejemplo, que no hay que traer miles de haitianos al país porque no tiene como integrarlos, el socialismo igualmente les trae porque su ideología es “humanista”, pero claro, hoy deambulan por la calles trabajando en el comercio ilegal sin que ese mismo “humanismo” se haga cargo de ellos.
El fenómeno de no querer ver la realidad le sucede de igual manera a parte de los que se llaman de “centro derecha”. Cuando ya es evidente que la Convención Constitucional tiene una intención refundacional del país, Chile Vamos hoy de nombre Chile Podemos Más, sigue insistiendo que la hace al bien al país tener una nueva constitución, omitiendo las odiosas circunstancias en que ello se está realizando (funas, censuras, amenazas, odio, ignorancia, etc), y el hecho que la izquierda es ampliamente mayoría y no necesita de sus votos ni de su opinión. Sin embargo, al igual que el progresismo, buena parte de quienes apoyan a Sichel apuestan por el “buenismo”, esa mirada dulce y sospechosamente inocente de ver la realidad , con la que por ejemplo, quieren buscar la paz social, aún a costa de muertos, de cesantes, de delitos, etc. Mañalich, ex ministro y candidato a Senador, en una entrevista reciente preguntado por alguna salida a los presos de la revuelta, estuvo por conversar sobre anmistiarles, pero no así a los carabineros que hoy están acusados, mas no condenados, por abusos policiales. Nuevamente la derecha piñerista se encona contra las fuerzas del orden y pretende liberar a quienes causaron tanto daño al país, dejando de lado y a su suerte a quienes dieron la cara y arriesgaron su integridad física para defender el orden público, mientras otros cuando Chile ardía, estaban en cumpleaños; quiere construir la paz sólo con una parte de Chile. No hay peor ciego…