Durante seis días el sujeto de iniciales R.V.V. se sentó en los estrados del Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas para ser enjuiciado. La Fiscalía lo acusó de abusar sexualmente de su hija cuando tenía 14 años y arriesgaba una pena de presidio.
Sin embargo, los jueces decidieron absolverlo. “La prueba de cargo –testimonial, pericial, documental y otros medios de acreditación– no ha sido suficiente para establecer un hecho que configure el delito señalado en la acusación”, dice el veredicto.
Según la acusación, los abusos se perpetraron en mayo de 2019 y consistieron en tocamientos de connotación sexual.
De acuerdo con la defensa, la persecución en contra del imputado se origina por una denuncia falsa. Como teoría alternativa, señalaron que el padre tuvo un incidente con su hija y la echó de la casa. Ella se fue al hogar de sus abuelos y amenazó con “demandar” al progenitor por expulsarla.
Su amenaza se habría concretado en una denuncia por abuso sexual. Durante el juicio comparecieron cuatro peritos y 28 testigos, que incluye a personas que escucharon la intención de la víctima de “demandar” a su padre.
El abogado del acusado, Pablo Santander, señaló que durante el juicio se revelaron inconsistencias en el relato de la víctima ante los jueces.
“Había ubicado los hechos el 18 de mayo de 2019, pero en el juicio los ubicó el 10 de mayo. También hubo inconsistencia en el lugar; primeramente indicó que los hechos habrían ocurrido en la habitación de su madre, pero posteriormente refirió que habría ocurrido en su propia habitación”, dice.
La sala compuesta por los magistrados Jaime Álvarez, Leonardo Llanos y Luis Álvarez resolvió que la acusación del Ministerio Público no se sostenía. El próximo martes comunicarán el fallo con sus razones de absolución.