Punta Arenas es conocida como la “puerta de entrada a la Antártica” dada su privilegiada ubicación geográfica y los servicios que presta desde siempre a expediciones científicas y turísticas. Pero no somos una ciudad antártica. En la capital regional no hay nada que replique alguna experiencia antártica. Un gran proyecto que se debe plantear en nuestra ciudad es entregar experiencia antártica a los miles de visitantes que no podrán costear un tour por el continente helado y también brindar servicios técnicos a los cientos de investigadores internacionales que una vez abiertas las fronteras vendrán a la región. El centro antártico puede ser un avance, si es que es concebido no solo como un polo científico de estatura mundial, si no que entregue a turistas y vecinos de la ciudad la posibilidad de disfrutar y conocer nuestra antártica. Pero es deber del Gobierno central generar un compromiso con la región para lograr su adecuado financiamiento. Solo de esa forma se podrá, del Gobierno Central, para que sea un edificio ícono a nivel mundial brindando servicios en los más altos estándares. Se necesitan instalaciones que permitan generar experiencia antártica a los visitantes junto con entregar servicios para investigaciones científicas de primer nivel, y por cierto, todo dentro de una estructura arquitectónico a escala mundial. Porque el replanteamiento de abrir temporada de cruceros antárticos que sea un primer paso para que más adelante la Región de Magallanes y sus diversos sectores productivos puedan gozar de las experiencias antárticas y que con ello se diversifiquen los ingresos que puedan quedar en la región con la creación de numerosos trabajos, de esa forma podremos decir con toda propiedad que nuestra región es de Magallanes y Antártica Chilena.