María Pilar Vera Vargas fue condenada por el parricidio de René Pérez Carrillo. Pese a que ella vivía un martirio al interior de su hogar con su vida marital, los jueces descartaron de eximirla del asesinato de su excónyugue. La Región de Magallanes ha liderado el triste ránking de violencia intrafamiliar, también conocida como VIF. Las notas policiales respecto de esto lamentablemente son una constante. La violencia intrafamiliar es un flagelo que afecta a toda la sociedad. Es una situación de abuso de poder o maltrato, físico o síquico, de un miembro de una familia sobre otro. En el caso del físico, implica actos que atentan o agreden el cuerpo de la víctima, tales como empujones, bofetadas, golpes de puños, golpes de pies; mientras que el síquico comprende actitudes que tienen por objeto causar temor, intimidar, y controlar las conductas, sentimientos y pensamientos de la persona a quien se está agrediendo, como las descalificaciones e insultos. Según cifras oficiales, anualmente la Región de Magallanes y Antártica Chilena presenta más de 800 denuncias y los detenidos por estos hechos superan los 300 al año. Existe también un estudio que indica que las mayores denuncias por VIF en Magallanes se realizan en los estratos socioeconómicos más bajos, pero se ha constatado que esa cifra esconde una realidad: en los segmentos más altos se oculta por el constante temor de la mujer. Causas para la violencia pueden haber muchas, pero todo pasa por la poca tolerancia que hoy existe. ¿Qué está pasando? Falta de cariño y comprensión al interior de la casa y en eso la solución sólo viene a puertas cerradas. Magallanes debe salir luego de estos vergonzosos ránkings.