En las próximas elecciones de noviembre se renovará por completo la Cámara de Diputados y la mitad del Senado. Pero esta vez no se tratará de cualquier elección, sino que estaremos eligiendo a un Congreso Constituyente. Ello, debido a que el próximo año, tras el plebiscito de salida, empezará a regir la primera Constitución democrática de nuestra historia republicana.
La Constitución de 2022 establecerá las bases de, entre otras materias, un nuevo sistema de seguridad social, un estatuto del agua, el nuevo modelo de desarrollo y nuestra nueva institucionalidad democrática (tanto nacional como regional y comunal). Las transformaciones profundas que la ciudadanía ha demandado no se materializarán solamente con la nueva Constitución, sino que se requerirá luego legislar, por ejemplo, el nuevo sistema de pensiones, el sistema universal de salud, el estatuto que rija el nuevo Congreso, los futuros Gobiernos regionales y locales.
Por estas razones, se requiere de un futuro Congreso que acompañe a la Convención Constitucional durante el próximo año, generando toda la normativa que le permita cumplir su objetivo: aprobar una Constitución legítima, participativa y democrática. El pacto Apruebo Dignidad ha impulsado el proceso constituyente y confía en que su trabajo es esencial para dejar atrás el Estado neoliberal y reemplazarlo por uno social, democrático y garante de Derechos. Por ello, no queremos torpedear a la Convención, sino que acompañarla y habilitarla, por ejemplo, para realizar procesos participativos a lo largo de Chile o preguntarle a la ciudadanía en plebiscitos dirimentes. Ese es nuestro compromiso.
Después del 2022 el compromiso continuará, haciendo todos los cambios y reformas legislativas que se requieran para que la nueva Constitución se haga realidad.
El proceso constituyente es un momento histórico que determinará el curso de nuestro país en las próximas décadas. El rol del futuro Gobierno y Congreso es respetar y acompañar a este proceso, no torpedearlo. Nuestro compromiso como Apruebo Dignidad es transformar al próximo Congreso en un Congreso Constituyente.