Guillermo Véjar, camionero magallánico, dio positivo a Covid-19 el pasado martes en el paso fronterizo de Monte Aymond. Y por a órdenes de la Seremi de Salud pasó 18 horas encerrado en su propio camión. Posteriormente, luego de esta larga espera, a las 10 horas de la mañana de ayer fue trasladado finalmente a una residencia sanitaria para poder efectuar una cuarentena preventiva.
“El martes a las 16.35 horas se me entregó el resultado, dando positivo en Monte Aymond. Ahí se me mantuvo en una sala aislado y después se me autorizó subir el camión y bajar a Punta Arenas, para luego ser trasladado a una residencia sanitaria; el personal de salud cierra las puertas para que estas no se puedan abrir”, indicó Véjar.
Siguiendo con el relato, el camionero complementó que “ante eso, el personal de salud de la Seremi, en Monte Aymond, toma los datos, coordina un lugar de llegada para que cuando llegue a Punta Arenas tenga que coordinarse mi llegada con el personal de salud para que ellos me lleven a una residencia sanitaria. Esto, cosa de que saliera a las 6 de la tarde de Monte Aymond para estar a las nueve de la noche en Punta Arenas (martes) y que luego fuera trasladado hacia el lugar”.
No obstante, esto no ocurrió el pasado martes, debido a que los números con los que se contactaron para poder efectuar dicha acción no respondían. Por lo mismo, decidieron desde el personal de la Seremi de Salud desplazarlo recién a las 10.00 horas de ayer a la residencia sanitaria.
“Como las puertas estaban selladas, si yo rompía los sellos arriesgaba un sumario sanitario. El tema es que hasta ahora nadie se hace responsable, todos se lavan las manos. Acá en la residencia ellos no son responsables y en Monte Aymond tampoco contestan”, afirmó el afectado.
Luego de que rompieron los sellos, Véjar descendió del camión, se subió a un vehículo perteneciente a la Seremi de Salud y en ese automóvil fue trasladado. “Por mis medios tuve que gestionar la residencia y también que me fueran a buscar”, agregó.
“Trato inhumano”
En estas 18 horas en las que estuvo en su camión no pudo descender, pero tampoco fue autorizado para encargar alimentos, líquidos o tuvo la posibilidad de ir al baño. Además no se le concedió atención médica, en caso de presentar síntomas por ser positivo a Covid-19.
“Comí un par de galletas que quedaban arriba del camión, había agua de esa isotónica que quedaba allí. Tampoco podía bajar al baño. Había que aguantar todo y tratar de hacer sueño para dormir un rato, porque no había muchas más opciones. Es inhumano mantener a una persona por 18 horas encerrada en un habitáculo, sin nada”, describió el perjudicado.
Asimismo, Véjar detalló que “la desesperación que te puede causar eso, el síntoma de amargura y de claustrofobia que puedes causar en una persona. No, estos tipos no miden nada. Ellos lamentablemente tienen todas las facultades en sus manos y no les puedes decir nada”.