En el ámbito psicológico, alrededor de los años 70 se empezaron a realizar investigaciones en relación al éxito en el campo laboral. Al respecto, se concluyó que no eran ni el nivel intelectual ni los conocimientos académicos lo que hacía que una persona fuera exitosa en el mundo del trabajo. Lo que determinaba el éxito en este ámbito era la forma comportarse de las personas. A esto se le llamó habilidades sociales o competencias: blandas, conductuales o genéricas. Entre estas competencias están: autocontrol, trabajo en equipo, flexibilidad, etc.
Probablemente la menos conocida de estas competencias es la conciencia organizacional, que es capacidad para reconocer los elementos constitutivos de la organización, detectar quiénes toman las decisiones. Al igual que ser capaz de comprender las relaciones de poder.
Si no se poseen las herramientas teóricas para saber reconocer de antemano cómo funcionan las organizaciones, estas realidades se pueden tornar incluso invisibles para muchas las personas y por ello llevarlas al fracaso. Por ese motivo se verán algunos elementos constitutivos de las organizaciones.
Una organización se caracteriza porque está formada por un grupo de personas que unen sus actuaciones para alcanzar determinados propósitos. Algunos ejemplos de estas son: familias, empresas, países, etc.
Las organizaciones tienen una misión y visión. En la misión está definida la razón de ser de la organización y aquello que hace. La visión es la imagen a largo plazo que una organización tiene de sí misma. Una persona antes de integrarse a una organización debería averiguar si la misión y visión están de acuerdo con sus objetivos o propósitos individuales. Si existe armonía entre lo organizacional y lo individual, la persona se podrá adaptar con mayor facilidad a la estructura, de lo contrario al poco tiempo podría entrar en crisis.
En todas las organizaciones existen los roles .Los cuales son patrones de comportamiento que se espera de quienes desempeñan una determinada tarea o función. Por ejemplo: de una mujer en el rol tradicional de madre, se esperará que cuide de sus hijos, que esté atenta a sus necesidades, que los eduque y los ame. Por ello es muy importante que una persona antes de integrarse a una organización tenga claro cuál será el papel que deberá cumplir. De este modo podrá decidir de antemano si le agrada o si cuenta con las habilidades necesarias para cumplir con dicho rol. Igualmente, dentro de la estructura organizacional esta el estatus. Es decir, la posición que tiene una persona dentro de una organización. Para el éxito laboral resulta fundamental que la persona pueda prever si estará conforme con el estatus que va a ocupar en la organización. Por ejemplo: para una persona puede muy importante tener una vida acomodada y sin sobresaltos en materia económica. Además, que la gente que la rodea vea eso y la admire por haber obtenido dichos logros. Para alguien con estas características, probablemente le costara muchísimo adaptarse a un trabajo de un bajo estatus social.
En el siguiente comentario se verán otros aspectos constitutivos de las organizaciones, con el fin de facilitar el desarrollo de la conciencia organizacional.