“… Puede, definitivamente, ser más extenso, mucho más extenso.
¿Qué es creer para la Real Academia Española? Es 1. Tener algo por cierto sin conocerlo de manera directa o sin que esté comprobado o demostrado. Creer proviene del latín credere, que parece tener dos raíces indoeuropeas: kerd, corazón, y dhe, poner.
¿Qué es crear desde la misma fuente? Es 1. Producir algo de la nada. Del latín creare, raíz indoeuropea ker.
Antes de cualquier otra idea, dentro de la pequeñísima indagación que hice me di cuenta de que “creer” y “crear”, en francés, igual se hermanan, curiosísimo para mí.
No puedo dejar de lado, después de leer, la dimensión deísta que todo esto me suscita. Primero, básico es oír decir a la gente “yo creo en Dios”; pues bien, entonces es parte de la premisa de aceptar ello que el entendimiento humano no alcanza. Segundo, que en esta aceptación donde el entendimiento no alcanza, usando la etimología, los creyentes han de “poner el corazón” en ello, así, quizá, me tomo la libertad de decir que en ello no está entonces la razón.
Si crear es producir algo de la nada, inevitablemente vuelvo al Dios; parece que históricamente es el único que ha “creado cosas de la nada”, contemplando también que las sagradas escrituras no dan detalles de los hechos más que puntualizarlos.
Creer y crear no parecen tener más distancia que una sola letra, no obstante, son completamente distintas, aunque abiertas a ser relacionadas por mi ignorancia. Creer, por ejemplo, al no estar comprobado o demostrado aquello en lo que creemos, es también entonces tener confianza, es un poco un salto al vacío pero lleno, atestado de fe, enraizada fe. Por otra parte, crear es entonces tremendamente difícil hoy, por no decir imposible si nos apegamos a su significado, puesto que pareciera ser que todo viene de algo anterior.
Finalmente, entiendo que creer es hacer uso del corazón y confiar, dejarse caer y sentir el abrazo protector de aquello en lo que se cree. Y crear es una capacidad que parece sernos ajena, pero si podemos creer de seguro también podemos crear.
Todo aquello en lo que ustedes crean puede ser también lo que crean”.
-Excelente discurrir, Hernán. Recuerdo cuando te asigné esa investigación. ¡Creer es crear! Cree, crea.
Todo lo anterior es verdad. Debe haber sido en una clase de gramática de primer año que provoqué el interés de un estudiante inquieto. Le pregunté qué es creer, qué es crear. ¿Creer es crear? Eso, no más. Y tomó un tiempo su discurrir, y me contestó algunos semestres después, a través de una red social.
Crear y creer, creer y crear, solo una letra diferencia estos verbos, estas palabras, pero... ¿qué diferencia hay entre ellas? ¿Cuál es primero? Para hacer real una es preciso la otra. ¿Cuál? Yo sé, yo creo que es crear. ¡Hum!, si hasta en primera persona son iguales: yo creo. En presente es así, si creo, es que creo. En pasado, no; si creé, es que creí. Interesante, ¿no les parece?