Pese a caer derrotados en recientes elecciones de 2021 y no obstante que fue el mismo Gabriel Boric quien lo aseguró en su campaña que en su Gobierno no habría “pitutos” ni “premios de consuelo”, fue el Mandatario quien no dudó un instante en que sus principales referentes políticos en la Región de Magallanes debían ser Arturo Díaz y Luz Bermúdez, muy cercanos al mismo Boric en sus ocho años diputacionales y en su trabajo en el partido Convergencia Social.
Boric se reunió con ellos en diciembre pasado en su visita a Punta Arenas tras el triunfo presidencial y les dijo que ocuparían los cargos de la Delegación Presidencial y de la Seremi de Gobierno.
No estaba claro eso sí quién sería la máxima autoridad regional del Mandatario, pero con los días el panorama se fue aclarando cuando al interior de Convergencia muchos le decían a Boric que para comunicar era mejor Díaz que Luz Bermúdez. Fue así como a mediados de enero la decisión ya estaba clara. Fueron los primeros en saber sus nuevas tareas y ellos mismos empezaron a articular con el resto de presidentes de partidos del oficialismo quienes podrían integrar las otras carteras.
Pero a Díaz, por ejemplo, le incomodaba cuando le decían que también estaba el nombre del concejal Jonathan Cárcamo para ser vocero. “Sería una falta de respeto al electorado sacar a una persona que fue elegida democráticamente para un cargo”, decía a fines de febrero.
Lo concreto es que Díaz fue anunciado el sábado 2 de abril. Pero entre las funciones que tenía que realizar estaba la coordinación con el resto del conglomerado gobernante y ser el coordinador político con las otras autoridades regionales. Y esa función siempre le costó.
De pasado socialista, Díaz se ha caracterizado siempre por renegar de esos “30 años de la Concertación”. Ha sido muy crítico con los gobiernos anteriores y eso por ejemplo no le caía bien a los antiguos militantes del PS, muchos de los cuales fue el propio Díaz el que les cerró la puerta para que fueran designados autoridades en este Gobierno.
Además, nunca ha tenido una buena relación con el gobernador regional Jorge Flies, con quien se conoce en el sector Salud en las casi dos décadas en que el médico estuvo ligado al Servicio de Salud Magallanes.
Cada error de Díaz, cercanos a Flies se encargaban de enrostrárselo a Boric. Tuvo varias reuniones con Dalivor Etérovic que no terminaban muy bien, porque el presidente regional del Partido Comunista (PC) salía a declarar en algunos medios su disconformidad con los cargos designados.
En el gabinete regional no tenía grandes “amigos” y con los personeros que son de la otra alma gobernante, prácticamente no se hablaba.
Varias veces fue la propia Bermúdez quien le señaló que él era el que tenía que salir a comunicar y además encargarse de las bajadas regionales de las políticas públicas que emanaban desde el Gobierno Central.
Si bien Díaz siempre dijo que la principal misión era gobernar, bajándole el perfil al compromiso del Gobierno con una de las dos opciones del Plebiscito de Salida, lo concreto es que el enfermero creyó que mientras más folletos con el proyecto de nueva Constitución entregara sería mejor, pero no se dedicó a hacer política pública.
Fuentes al interior de Apruebo Dignidad dicen que muchas veces se le tuvo que aclarar lo que podía y no podía hacer, como por ejemplo cuando fue a una junta de vecinos y recibió de regalo un lujoso lápiz, fotografía que subió a sus redes sociales de inmediato y que sus cercanos le dijeron que eso no podía hacerlo porque una autoridad no puede recibir obsequios de la comunidad, ni menos andarlo luciendo.
Sus frases también no fueron muy afortunadas, como por ejemplo en el programa “Sintonía Ciudadana” de Pingüino Multimedia, donde al ser consultado por las continuas alzas de las bencinas y la imposibilidad de eliminar el Impuesto Específico a los Combustibles, llamó a la ciudadanía a reconvertir sus automóviles a Gas Natural Comprimido (GNC) señalando que “podrían pedir un crédito de consumo un millón de pesos a 10 cuotas de 100 mil pesos, para que no les afecte tanto”. Ello lo realizó cuando todos los economistas llamaban a no endeudarse en créditos, dado el delicado momento económico que vive el país y con la mayor inflación en 30 años.
Pero también cometió errores administrativos.
Confió a ciegas en Mauricio Bahamonde y lo designó su jefe de gabinete. Con el profesor y ex militante del Partido Radical se hicieron cercanos y hasta amigos en la época en que ambos eran concejales. Pero el miércoles 5 de octubre le pidió la renuncia por una supuesta “pérdida de confianza” y “conflicto de interés” por parte del docente.
Bahamonde no ha renunciado, está con licencia médica y el cargo de jefe de gabinete de la Seremi de Gobierno no lo ejerce nadie.
También despidió a la periodista Constanza Poblete y desde la Contraloría señalaron que estuvo mal ejecutado y desde el Ministerio Secretaría General de Gobierno le pidieron a la profesional reintegrarse.
Por este caso. la Seremi de Gobierno arriesga una multa de 50 UTM (unos 3 millones de pesos) si es que no acata orden del Juzgado Laboral.
Desde el Ministerio Secretaría General de Gobierno le enrostraron a Díaz que cómo se cometían esos errores, más aún en un Gobierno que está por respetar absolutamente los derechos laborales de los trabajadores y que también se caracteriza por ser un mandato presidencial feminista.
En la reciente visita de Vallejo a Magallanes, la agenda se manejó desde La Moneda. Y en esas poco más de 48 horas, la propia vocera del Gobierno le dijo a todos los seremis que tenían que salir a terreno, que no era posible que en la región del Mandatario hubiera perdido el Apruebo por amplio margen. En ese periplo, Vallejo se dio cuenta de lo que pasaba en Magallanes y fue ella misma quien se lo informó personalmente al Presidente Gabriel Boric.