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Columna de opinión

Feminismo recalcitrante

opinion
13/03/2023 a las 17:44
Periodista Web 3
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Andrés Montero J., Ingeniero Comercial U de Chile, Agricultor y Ganadero

Con motivo de la celebración del día de la mujer, hemos sido agobiados por mensajes majaderos, que en nada enaltecen a la mujer. En efecto, la prensa escrita, la televisión y por supuesto el mundo político, utilizando a las mujeres de manera burda como instrumentos o trofeos publicitarios, reiteran lo conocido o destacan lo innecesario. Resulta francamente agotador, escuchar todo el día mensajes que pretenden resaltar lo que todos saben, vinculados al importante valor que tiene la mujer en la sociedad. La mujer siempre ha sido clave en nuestro país, empezando por su rol único e irreemplazable de madre, en la familia chilena. Quienes tienen hijas o nietas, cada día comprueban su importancia como eje del núcleo familiar. Cada día hay más mujeres liderando empresas, cargos públicos y asumiendo responsabilidades variadas. Antes, las familias eran más numerosas, lo que dificultaba su plena incursión en el mundo laboral fuera del hogar. Lamentablemente nos hemos repletado de organismos combativos, agresivos e ideologizados, cuyas líderes auto asignándose la representatividad de todas las mujeres, intentan transformar al hombre en un ser despreciable y responsable de todos los males de la sociedad. Muchas mujeres rechazan la maternidad, lo que es una decisión personal, pero lo grave es que atacan y discriminan a aquellas mujeres que le asignan importancia a la familia tradicional con padre, madre e hijos. Muchas consideran que la maternidad, les deja en desventaja para asumir roles ejecutivos claves en la sociedad. Da mucha pena constatar su incapacidad para comprender que lo más noble de una mujer es dar a luz y criar a sus hijos. El aborto y el desprecio por la vida de quien está en el vientre materno, están en los objetivos de colectivos feministas que no logran la felicidad plena en sus vidas y solo buscan imponer sus propias creencias. Chile se ha llenado de entidades con nombre de mujer, muchos de los cuales no representan a nadie, sus representantes son autonominadas y la prensa las acoge por el solo hecho de ser mujeres y porque es políticamente correcto. Se habla mucho de las brechas salariales, lo que es indeseable, pero que poco a poco se han ido acortando. Las propuestas cuotas de género para cargos directivos, es otro elemento discriminador que solo le resta mérito a la mujer. Lo mismo sucede en universidades y prestigiosas facultades, en que se han impuesto cuotas de admisión especiales para mujeres, lo que en Estados Unidos ha generado complicados juicios por ser fórmulas que atentan contra la ley y la igualdad de oportunidades. Chile está lleno de mujeres valientes y valiosas que día a día estudian y trabajan y que no necesitan “padrinos” para alcanzar los objetivos. Una loquita desquiciada argumentó en la prensa que las mujeres no esperaban flores ni chocolates de regalo, reflejando los grados de amargura y resentimiento a las que pueden llegar aquellas que piensan que la belleza y la dulzura de la mujer son ajenas a la naturaleza de la mayoría. Hombres y mujeres son complementarios, nacieron y crecieron para estar juntos, para colaborar mutuamente, pero manteniendo incólumes sus características personales. Los hombres no son iguales a las mujeres y quienes no lo entiendan, deberían tomarse unos cursillos de antropología. Las loquitas feministas también han contribuido a vulgarizar el lenguaje, perseguidas por sus propias inseguridades y carencias. Ojalá que esta tendencia, que no es solo de Chile, no continúe y volvamos a la normalidad, en las formas y en el fondo. Vivan las mujeres felices, aquellas que se visten como tales, que se respetan a sí mismas, que no destruyen su cuerpo y que son capaces de estar en pareja, tener hijos, de manera estable y sin odios ni resentimientos. Hemos llegado a la locura de hablar de gobierno feminista o de país feminista. Estas expresiones son paranoicas, pues dejan a la mitad de la población fuera del sistema. Es como decir gobierno machista. El peor favor que le hacen las mujeres fanáticas a su país es promover un cambio de machista a feminista. Ni lo uno ni lo otro, es a lo que aspira la verdadera mayoría de los chilenos.

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