Cada semana el gobierno nos sorprende con algún desacierto. Esta semana le correspondió el turno al gas licuado, con su “inclusivo” balón rosado. A los temibles asesores del gobierno, se les ocurre ingresar al negocio de la distribución de gas licuado a precios subsidiados. Al iniciarse el invierno y cuando las familias deben gastar más en gas para combatir el frío, el gobierno decide vender más barato que los proveedores habituales. Coincidencialmente, se relanza el plan en la Región del Maule, en donde la izquierda sólo logró elegir 1 de los 5 consejeros constitucionales posibles. La desfachatez es total, al anunciar que las pérdidas serán asumidas por el Ministerio de Energía y no por los contribuyentes. En momentos en que se discute el texto de una nueva Constitución, en que los posibles grados de intervención del Estado en la actividad privada se discuten, el gobierno se transforma en empresario ineficiente y populista. Es una vergüenza que como reacción a un pésimo resultado electoral, se pretenda engañar al pueblo, pensando que los chilenos no son capaces de darse cuenta que estamos frente a un vulgar engaño. Este evento se suma a los retiros de fondos que han debilitado el sistema financiero e hipotecado el futuro de los trabajadores. La pretensión de dinamitar el sistema de Isapres, vendiendo la idea de que el Estado será capaz de atender eficientemente las demandas de servicios de salud es otra muestra de engaño. El gobierno es ineficaz y además miente. La pretensión de controlar el negocio del litio, en momentos en que Codelco ha demostrado claramente que es menos competitivo que las empresas privadas, genera incertidumbre. La triste experiencia de las farmacias municipales del comunista Jadue, es otra muestra latente de la ineficacia que se genera cuando se pretende invadir el ámbito de los privados. La paciencia se acaba, mientras los chilenos más pobres deben sufrir con los resultados de las acciones irresponsables del gobierno. Tras dos fracasos eleccionarios oficialistas, las próximas elecciones municipales serán la prueba final, en donde los chilenos recuperarán la fe en el futuro. La trampa del gas, será finalmente una más, en la larga lista de estupideces implementadas por un gobierno de los niños, niñas y adolescentes.
Finalmente y con el objeto de generar “confianzas” se nomina en Venezuela al casi octogenario Jaime Gazmuri, cuya juventud revolucionaria le permite hoy ser nuevamente embajador. Antes estuvo en Brasil. Dios quiera que los asesores económicos, no sigan siendo creativos, pues los costos son inmensos. El mejor favor que le pueden hacer a Chile, los actuales gobernantes, sería no hacer nada. Cómo está opción es imposible, tratemos de estar atentos para denunciar la ignorancia. Entendible resulta que el gobierno pretenda navegar, pero sus acciones las llevan a cabo jóvenes inexpertos cuyos errores los pagan los más pobres.