Las estrategias son acciones generales que se encaminan a un objetivo determinado. La palabra surge del latín y sus inicios se relacionaban más bien con acciones militares. Con el tiempo la palabra “estrategia” se utiliza para muchas otras acciones y deja atrás su exclusivo pasado militar, y se posiciona en los deportes, en la política y por supuesto, en los negocios. Es decir, surge en todas aquellas actividades que requieran el dominio de un espacio determinado. En el caso de las empresas, ese espacio determinado se refiere al posicionamiento de mercado, donde surgen muchas estrategias que dependen de la rivalidad existente en la industria.
En la actualidad, Las empresas se han visto enfrentadas a un escenario complejo producto del aumento de precios de los insumos que utilizan en sus procesos de producción. Este aumento de precios en los insumos provoca grandes inconvenientes en toda la cadena de producción, aquí hablamos no sólo de la fabricación de un producto, sino que también de la comercialización y de la distribución de los bienes y servicios. La reacción natural sería incrementar el precio de sus productos, no obstante, en un escenario de inflación -actualmente algo más moderado en Chile- las empresas tuvieron que definir estrategias que van algo más allá del sólo incremento del precio.
Una de las estrategias fueron las marcas propias que son muy utilizadas en supermercados y que debido al escenario económico se ha convertido en una actividad clave de la industria. De hecho, algunos estudios muestran como estas marcas propias crecieron en ventas pasando de un 9% a un 14% en la actualidad. Cifras que para una industria como la de los supermercados son muy importantes.
Ahora bien, algo más reciente es el fenómeno conocido como “shrinkflation”, que en español es algo como “reduflación”. Esto se refiere sencillamente a la reducción del tamaño de los productos en el proceso de fabricación. La reflexión es simple, si no puedo subir el precio de mis productos, los puedo reducir. Esta decisión es de las mismas marcas, y es una estrategia. Detrás de esta estrategia existe un incremento real del precio ya que, si bien estoy pagando lo mismo, la reducción del producto hace que el contenido sea más costoso. Esta estrategia no es ilegal siempre que sea informada en las etiquetas de los productos. De modo, que hoy más que nunca es importante que el consumidor revise las etiquetas y que compruebe que los precios que está pagando por sus productos habituales tienen el mismo tamaño.
Esta “reduflación” surge a nivel mundial como forma de respuesta al complejo escenario económico existente y se ha ido propagando producto de la globalización, llegando también a Chile. Desde mi punto de vista, es una estrategia que se encuentra al límite, ya que al observar un producto que ha sido sometido a esta reduflación no vemos muchas diferencias, de hecho, las empresas tratan de conservar todo en el empaque, y sólo cambian el gramaje. Es con esto, que el consumidor no percibe la diferencia y piensa que está comprando el producto tradicional, tanto en calidad como en tamaño.
De modo, que es importante nuevamente la presencia del Estado entregando herramientas a los consumidores. Así como surge la ley de etiquetado nutricional, debería surgir una reglamentación que muestre claramente la reducción del tamaño de nuestros bienes y servicios. Estas estrategias llegaron para quedarse, de modo, que debemos asumirlas y generar nuevas formas de protección e información para el consumidor.