Cuba y Corea del Sur restablecieron sus relaciones diplomáticas tras más de seis décadas de ruptura.
Lo formalizaron este miércoles en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, donde sus representantes intercambiaron notas y dejaron pendiente la apertura de sus respectivas embajadas.
Los dos países comunicaron la noticia del restablecimiento de las relaciones diplomáticas de forma relativamente discreta, en línea con el secretismo que ha marcado sus negociaciones en los últimos años.
El Ministerio de Exteriores de Seúl emitió un comunicado en el que deseó que esta nueva conexión marque un “punto de inflexión crucial” en sus esfuerzos por ampliar sus horizontes diplomáticos y fortalecer la diplomacia con América Latina y el Caribe.
Se considera un paso histórico para ambos países, que entablaron lazos diplomáticos en 1949 pero los rompieron diez años después, cuando triunfó la Revolución Cubana y su líder Fidel Castro impuso un régimen comunista en el país latinoamericano.
Cuba es desde entonces un estrecho aliado de Corea del Norte, el otro bastión comunista en el mundo que hasta hoy no ha abrazado la economía de mercado y se encuentra en estado técnico de guerra con Corea del Sur.
Este era el principal impedimento para que La Habana y Seúl restablecieran sus relaciones.
Pero finalmente lo han hecho.
El factor norcoreano
La reconexión diplomática entre Cuba y Corea del Sur fue un asunto pendiente durante años, en los que ambas partes mantuvieron negociaciones bajo estricta confidencialidad.
“Nuestros últimos gobiernos intentaron sin éxito varias veces restablecer las relaciones con Cuba”, indicó a BBC Mundo una fuente diplomática surcoreana desde el anonimato.
Esta fuente atribuye la tardanza a presiones diplomáticas de Corea del Norte, estrecho aliado de Cuba desde la década de 1960, así como a la reticencia de altos dirigentes cubanos de la vieja guardia.
“Parece que había algún tipo de compromiso que databa de la época de Fidel Castro y de Kim Il-sung de no dar ese paso”, declaró, por su parte, un exfuncionario de La Habana.
El histórico dirigente cubano y el fundador de Corea del Norte construyeron una sólida relación política entre sus países que dura hasta hoy.
Buen ejemplo de ello es la embajada norcoreana en La Habana, la mayor del régimen de Kim Jong-un en las Américas y centro neurálgico de su actividad diplomática en la región.
La presencia de embajadas de ambas Coreas en un solo país no es una excepción, ya que se da en muchos lugares, desde China y Rusia hasta España o Reino Unido.
Sin embargo, indicó el diplomático surcoreano, “Cuba tiene una importancia simbólica muy grande para Corea del Norte porque es su base de operaciones en América, y por eso siempre ha presionado al gobierno cubano para que se mantenga alejado de Seúl”.
En todo caso, la estrecha amistad entre La Habana y Pyongyang contrastaba con sus prácticamente inexistentes intercambios económicos y comerciales.
Y no solo eso: los vínculos económicos y culturales entre Cuba y Corea del Sur -enemigo de Corea del Norte y aliado de Estados Unidos- se han intensificado en los últimos años.
La presencia surcoreana en Cuba
Pese a carecer de relaciones diplomáticas, La Habana y Seúl comerciaron productos en 2022 por valor de US$21 millones, de los que 14 millones fueron exportaciones del país asiático al caribeño, según datos de la Asociación de Comercio de Corea (KOTRA).
Esto se nota en la vida diaria de la isla: los coches Hyundai y Kia son frecuentes en su limitado parque automovilístico, y los escasos establecimientos que venden electrodomésticos ofrecen marcas surcoreanas como Samsung y LG, si bien a precios fuera del alcance del cubano promedio.
Las empresas de Corea del Sur también acaparan buena parte de los puestos en las ferias comerciales cubanas, como la Feria Internacional de La Habana (FIHAV).
Para suplir la falta de embajada, Corea del Sur mantiene en la capital cubana una sede de KOTRA -su organismo estatal de comercio- para los intercambios económicos entre ambos países y maneja los asuntos diplomáticos desde su sede diplomática en Ciudad de México.
Qué gana Corea del Sur
Corea del Sur no ve a Cuba como una potencial fuente de ingresos para el Estado o sus conglomerados multinacionales (cuyas ventas globales alcanzan cifras de doce dígitos) y tiene otros motivos para estrechar lazos.
“Es un país geográficamente estratégico, pegado a Estados Unidos, y posicionarnos allí es importante a largo plazo”, indicó la fuente diplomática surcoreana.
Por otro lado, con la apertura de una legación en la capital de Cuba, Corea del Sur se anota un punto frente a Corea del Norte en un momento en el que ambos países mantienen un tenso enfrentamiento.
El revés no solo es simbólico sino también de pérdida de influencia política y diplomática del régimen comunista de Kim Jong-un en su país homólogo del continente americano liderado por el presidente Miguel Díaz-Canel.
Por otro lado, Corea del Sur mantiene desde hace años la política de expandir su influencia cultural hasta los últimos rincones del mundo, y Cuba no es una excepción.
Al igual que en otros países de Latinoamérica, muchos jóvenes en la isla consumen contenidos del país asiático, desde música hasta telenovelas, y el club de fans local de Corea del Sur supera ya los 10.000 miembros.
“Con una embajada será más fácil promover nuestra cultura”, indicó la fuente surcoreana.
Por último, Corea del Sur ya mantiene relaciones diplomáticas con todos los países de la ONU excepto Siria y Corea del Norte.
“Cuba era el último objetivo pendiente para ampliar nuestra diplomacia”, aseveró.
(BBC News Mundo).