En esta columna de opinión mi intención no es denostar, ningunear (coloquialmente hablando), mucho menos mostrar superioridad moral, solo dejar una mirada ciudadana de todo lo que está sucediendo en el país.
Caso fundaciones, nos dejó en claro que toda la predicación de las campañas políticas quedaron literalmente “borradas con el codo” nos dejaron personajes símbolos como “Polizzi, Crispi, Pérez, Larraín”, apellidos y nombres que todos recordamos, pero como la memoria social es corta, probablemente ya nadie recuerde, excepto “la ropa interior comprada con dinero de todos los chilenos”.
Luego aparece el caso Hermosilla, con todo un revuelo mediático, político y gubernamental, tal como el caso fundaciones, con revelaciones del profundo estado de corrupción que tiene nuestra sociedad.
Paralelo a esto el caso Barriga, otro tema que es transversal desde la farándula a la política, otra muestra o radiografía de nuestra condición social y política actual, cuando un mortal ciudadano piensa o escucha en los millones de pesos que suman todos esto casos de fraude, desfalco, influencias privilegiadas etc. no puede con que comparar, mucho menos imaginar, ni siquiera se atreve a calcular o entender, solo imaginemos a un ciudadano comparando su remuneración de 500 mil pesos con los $629.815.000, provenientes del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), entregados a la fundación ProCultura, cofundada por el siquiatra Alberto Larraín, a quien el Gore de Antofagasta canceló este año el convenio para reparar las fachadas del casco histórico. (https://www.ex-ante.cl/confidencial-las-47-fundaciones-indagadas-por-justicia-en-el-caso-convenios/) Esto solo como una muestra de un botón.
Ahora usted y yo llevamos semanas, todos los días, en las noticias escuchando el caso Monsalve, cada día que pasa, tratando de entender: ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo? Cuando nuestra sociedad estaba incubamos tanta maldad, tanta corrupción y cáncer social, pues esto es comparado internacionalmente con el caso del exPresidente Fernández de Argentina, para muchos de nosotros ciudadanos de a pie, en parte es una sorpresa, para otros es sustento de lo que nos enseñaron nuestros abuelos y padres casi analfabetos, cuando decían “la política es mala y corrupta”, en el ámbito cristiano se escuchó por mucho tiempo “la política es del diablo”, “la política huele mal”, yo personalmente escuché en clases de Educación Cívica “todo lo que toca la política partidista lo hecha a perder”, parece que todo esto tenía razón, ¿verdad?.
Deseo terminar exponiendo lo siguiente: la política no es mala, es necesaria, las ideologías políticas son dañinas y nocivas, pues nos llevan al extremismos, pero lo más dañino es que hemos perdido los valores sociales y los principios humanos, por esta razón el cáncer llamado corrupción, nos lleva a un estado y diagnóstico lapidario. Ciudadanos Conscientes es tiempo de recuperar y aplicar el único antídoto para el cáncer social; los valores y principios sociales y humanos.