Una turista de Buenos Aires comentaba este fin de semana en la Zona Franca de Punta Arenas. “Primera vez acá y no me esperaba tanta belleza, no sabía nada de esto”.
Y parece ser que la mayoría de los habitantes en Buenos Aires no tiene idea de la belleza de Magallanes y Torres del Paine y, más aún, de las profundas similitudes que existen entre la cultura magallánica y la argentina, al menos en lo que se refiere a algo tan querido para ellos, como es el asado, aunque en su versión más extrema.
El documental “A fuego lento, el asado patagónico”, de la serie “Secretos de la Pampa Patagónica” de Pingüino Multimedia, acumulaba ayer 375 mil visitas y 150 comentarios, algunos de los más hilarantes.
Lo que más sorprendió a los argentinos, era el asado de la Patagonia y, tanto o más que ello, lo más desconcertante fue la música de chamamé, que acompaña el programa. “¡Es música paraguaya!, ¿qué hacen los chilenos escuchando esa música?”, se decían.
Mario Moreno
Sobre este últmo punto, el investigador magallánico Mario Isidro Moreno, quien asesoró a la serie, explicó que durante los inicios de la colonización chilota de Magallanes, a comienzos del siglo 20, venían en su gran mayoría procedentes de Argentina, que había sido su primer lugar de éxodo desde fines del siglo pasado, cuando la población de la isla empezó a emigrar hacia otros confines. “Ellos trabajaron en estancias por toda la Argentina y ahí se trajeron consigo no sólo su música tradicional sino que sobre todo la música folclórica de esos territorios, la cual se arraigó profundamente acá”.
De hecho, es tanto el fenómeno, que la mayoría de los grupos folclóricos de Magallanes cultiva al chamamé como la música propia de la zona, incluso, por sobre los otros baile, al punto que el último encuentro binacional realizado en Punta Arenas tuvo como acto principal un baile de chamemé a cargo de una pareja de bailarines de Punta Arenas.