No está claro qué motivó el ataque, pero era el sábado, más o menos como a las 13:35 horas, cuando el joven Manuel Rodríguez Rodríguez se cruzó con Leonardo Labra, que a esa hora y en ese punto de calle Patagona, a la altura del 3.900, estaba haciendo su turno, entregando bebidas como repartidor de la empresa Coca-Cola.
El asunto es que Rodríguez lo intimidó “con una actitud desafiante”, dijo la fiscal Carla Uribe el domingo, durante el control de detención. Y siguió: “Posteriormente, el imputado (Rodríguez) ingresó hasta su domicilio (a solo un par de casas de allí) y luego volvió con un arma blanca tipo sable que traía en el cinto del pantalón e intenta lesionar al denunciante, momento en que le profiere un corte en su extremidad superior izquierda, para luego amenazarlo de forma seria y verosímil, señalando: ‘¡Te voy a hacer sufrir! ¡Te voy a matar!’”.
Fue una lesión leve en el antebrazo, de acuerdo a la información médica. Pero toda la escena fue lo suficientemente violenta, por lo que el trabajador decidió dar aviso a Carabineros, cuyos efectivos llegaron rápidamente y aprehendieron a Rodríguez.
El domingo pasó a control de detención por los delitos de amenazas simples y lesiones menos graves. El juez Franco Reyes decretó como medida cautelar que Rodríguez no pueda acercarse a Labra en un radio de 100 metros mientras se cumplen los 60 días de investigación establecidos. Aunque, por cierto, accedió también a programar una jornada para buscar una salida alternativa para el imputado.