La caleta de pescadores en Barranco Amarillo fue el epicentro para rendir tributo a su santo patrono “San Pedro”, en la conmemoración de un nuevo onomástico de quienes llevan por nombre Pablo y Pedro.
Todo esto se concentró en dependencias del recinto pesquero y contó con una liturgia que fue encabezada por el obispo Óscar Blanco, quien compartió con la comunidad de pescadores y sus familias, quienes se encomiendan a la figura de San Pedro para que cuide de ellos.
Quien lo ha vivido de cerca ha sido Rosa Aicón, secretaria de la agrupación de pescadores y esposa de un hombre de mar, quien expresó que “uno queda con una incertidumbre, bueno, rogando a San Pedro que lo traigan bien, que los acompañe, que le de buena pesca para volvernos a reencontrar con los seres queridos”.
La comunidad esperó con ansias esta fecha, pero previamente desarrollaron una novena que realizan todos los años, reafirmando su devoción a San Pedro. En la ocasión, se pidió por el alma de cada miembro de la agrupación de pescadores, fallecidos durante este último año ya sea en ejercicio de la actividad u otro motivo.
Por su parte, Blanco aseveró que “Pedro y Pablo son apóstoles, que con su vida, con su fe nos ayudan también a nosotros a vivir nuestra vida cristiana con mucha confianza”.
Parte de la ceremonia fue acompañada por la banda de la Tercera Zona Naval, que interpretó sus acordes en la peregrinación hasta el lugar de la eucaristía.