Con apenas 14 años y una sonrisa capaz de derribar cualquier barrera, Maximiliano Fernández Villegas se ha convertido en el nuevo embajador de las Jornadas por la Rehabilitación 2025, representando con ternura, valentía y entusiasmo a cientos de niños y jóvenes que han encontrado en la rehabilitación no sólo una oportunidad, sino un camino de vida.
Maxi, como le dicen con cariño, vive en Punta Arenas junto a su madre Carolina, sus hermanos Rodrigo y Diego, y su abuela Mirna. Su familia ha sido un pilar fundamental en su desarrollo, acompañándolo desde su nacimiento en un parto múltiple que marcó el inicio de un camino desafiante, pero lleno de pequeños milagros.
Desde temprana edad, Maximiliano ha sido parte del Centro de Rehabilitación del Club de Leones Cruz del Sur, donde terapeutas y profesionales han sido testigos de su perseverancia inquebrantable y su dulzura contagiosa. Gracias al apoyo familiar, la tecnología aplicada a su tratamiento y su propio espíritu, Maxi ha logrado avances que hoy lo tienen más independiente, fuerte y feliz.
Un adolescente como cualquiera… y como pocos
Lejos de ser sólo un paciente, Maximiliano disfruta con intensidad de la música urbana, los videojuegos y su clase favorita: educación física, donde recientemente descubrió su gusto por el vóleibol.
Este año, tras una segunda cirugía y con una pierna enyesada, no pierde su entusiasmo ni su sonrisa. Al contrario: su nombramiento como embajador lo llena de orgullo y esperanza.
El poder silencioso del amor materno
Detrás de cada paso dado por Maxi, está Carolina, su madre. Mujer incansable que ha estado presente en cada terapia, cada traslado, en cada noche de preocupación. Su entrega y dedicación son testimonio del amor incondicional y de la importancia de la familia en los procesos de rehabilitación.
Más que un nombre, una inspiración
Maximiliano representa a toda una comunidad que cree en la inclusión, en el cariño como motor del cambio, y en un futuro donde las oportunidades no conocen límites físicos. Las Jornadas por la Rehabilitación 2025 encuentran en él no sólo un rostro visible, sino una fuente viva de inspiración.
Como dice el lema que parece haber nacido de su historia: “Detrás de cada terapia hay un sueño, y Maxi es prueba de que, con amor, esos sueños pueden volar alto”.