En un contexto de envejecimiento poblacional acelerado que presenta importantes desafíos para la salud pública, un reciente análisis de datos censales en la Región de Magallanes revela que la prevalencia de discapacidad se incrementa de manera marcada con la edad, afecta en mayor medida a las mujeres y muestra diferencias significativas entre las principales comunas.
A pesar de ser una zona extensa, aislada y de baja densidad poblacional, Magallanes presenta una prevalencia general de discapacidad del 8,8%, cifra considerablemente inferior al promedio nacional de Chile, que se sitúa en un 10,6%.
El estudio destaca que la edad es un factor determinante en la prevalencia de la discapacidad. A partir de los 60 años, la tasa aumenta progresivamente, pasando de un 13,6% en el grupo de 60 a 64 años a un 58,5% en las personas de 85 años o más. Esta tendencia subraya la creciente necesidad de servicios de apoyo y cuidados a medida que la población envejece.
En cuanto a la distribución por género, se constata una brecha persistente: las mujeres mayores de la región presentan una prevalencia de discapacidad del 10,2%, mientras que en los hombres la cifra es del 7,4%. Aunque ambas tasas son más bajas que sus respectivos promedios nacionales (12,0% para mujeres y 9,0% para hombres), la diferencia entre géneros es una constante en todos los grupos etarios analizados.
El análisis por comunas (excluyendo aquellas con menos de 1.000 habitantes) revela variaciones geográficas importantes, especialmente en los segmentos de mayor edad.
Natales es la comuna con la prevalencia general más alta (9,9%) y también lidera en el grupo de 85 años y más, con un 64,5% de su población en esa franja etaria presentando alguna discapacidad. La cifra es especialmente alta en mujeres, alcanzando el 66,8%.
Porvenir le sigue de cerca en el segmento de mayor edad, con una prevalencia del 63,9%.
Punta Arenas, la comuna más poblada, registra una prevalencia general del 8,8% y una tasa del 57,3% para los mayores de 85 años.
Estos datos son cruciales para la planificación de políticas públicas y la asignación de recursos en la región, evidenciando la necesidad de enfocar los esfuerzos en las comunas con mayores índices y en los grupos más vulnerables, como son las mujeres y los adultos mayores en edad avanzada.