El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, endureció su retórica frente a la comunidad internacional al declarar que la República Islámica se encuentra en una "guerra total" contra un frente compuesto por Estados Unidos, Israel y las potencias europeas. Según el mandatario, el objetivo de esta alianza es impedir que Irán "se mantenga en pie" mediante un asedio que trasciende lo militar.
En una entrevista publicada en el sitio oficial del líder supremo, Ali Jameneí, Pezeshkian comparó la situación actual con el conflicto contra Irak de los años 80, asegurando que el escenario actual es "peor y mucho más complejo", ya que incluye ataques económicos, culturales, políticos y de seguridad.
El mandatario apuntó directamente a las sanciones impuestas por EE. UU. y la ONU, las cuales han sido reforzadas recientemente por el "E3" (Alemania, Francia y Reino Unido). El impacto en el bolsillo de los iraníes es devastador:
-Inflación galopante: El país registra una inflación interanual del 42%.
-Caída del rial: Desde finales de septiembre, tras la restauración de sanciones, la moneda local se ha desplomado un 24,43%.
-Presión total: Pezeshkian sostiene que el cerco busca generar "aprietos y problemas de seguridad" internos a través de la crisis económica.
La tensión militar alcanzó su punto máximo en junio pasado, durante un breve pero letal conflicto de 12 días con Israel y Estados Unidos:
1. Ataques a instalaciones: Israel y EE. UU. bombardearon plantas nucleares y centros militares estratégicos.
2. Costo humano: Irán reportó más de 1.000 muertos, incluyendo científicos nucleares y altos mandos militares.
3.Respuesta iraní: Teherán respondió con ataques diarios de misiles y drones que causaron la muerte de unas 30 personas en territorio israelí.
Tras el estallido bélico de junio, el diálogo por el programa nuclear está completamente congelado. Teherán se niega a ceder ante las demandas de Washington, que exige:
El cese del enriquecimiento de uranio.
Cortar el apoyo a milicias como Hizbulá y Hamás.
Para el gobierno iraní, estas condiciones son "demandas excesivas" que vulneran su soberanía, lo que aleja cualquier posibilidad de un acuerdo diplomático en el corto plazo y profundiza el aislamiento de la nación persa.