En una enriquecedora jornada de formación profesional, un grupo de servidores navales recientemente incorporados a la Gobernación Marítima de Punta Arenas vivió en primera persona lo que significa ejercer soberanía en los rincones más apartados de la Región de Magallanes.
La delegación, integrada por los Guardiamarinas Litoral Daniela Valencia y Vicente Saavedra, junto a las Marineros SM Morin Moberac y Catherine Contreras, se trasladó hasta la Alcaldía de Mar “Paso Tortuoso”, ubicada en un punto estratégico del Estrecho de Magallanes, a más de 4 horas de navegación de la capital regional.
A bordo de la LPM 4407, y bajo una temperatura de apenas 4 grados, los uniformados pudieron interiorizarse sobre:
Ayudas a la Navegación: Conocieron la red de faros y balizas que guían a los buques por el Estrecho.
Capacidades de la Unidad: Estudiaron las prestaciones técnicas de la lancha patrullera en tareas de reaprovisionamiento y patrullaje.
Geografía Local: Observaron las particularidades de la navegación en una de las rutas marítimas más desafiantes del mundo.
Tras desembarcar en un bote neumático, la dotación fue recibida por el Suboficial Patricio Riquelme, quien está por completar un año de servicio en Paso Tortuoso. A diferencia de otras destinaciones, esta labor la realiza junto a su familia, lo que le otorga un carácter único a su misión.
“La principal tarea es el control del tráfico marítimo y salvaguardar la vida humana en el mar. Estar aislado ha sido gratificante; une mucho más a la familia, pues cualquier problema debemos solucionarlo entre nosotros”, destacó el Suboficial Riquelme.
Los jóvenes marinos recorrieron la Sala de Control de Tráfico Marítimo, conocieron los sistemas de generación eléctrica de la casa-faro, los instrumentos meteorológicos para la toma de datos y las condiciones de habitabilidad que permiten la vida en este lugar remoto.
Dependiente de la Capitanía de Puerto de Punta Arenas, la Alcaldía de Mar en Paso Tortuoso es fundamental para vigilar el paso de naves que transitan hacia la salida oriental del Estrecho. La visita permitió a los nuevos funcionarios comprender que la Armada de Chile no solo es tecnología y buques, sino también el compromiso humano de familias que, en el aislamiento, garantizan que el comercio mundial y la vida en el mar sigan su curso seguro.