
Pese a que el “Coral Rojo” es propio de aguas frías, no había registro de su abundante presencia en esta zona. Pero hay más: este lugar es un hábitat importante para el ciclo de aves y mamíferos. “Utilizan esta franja de los fiordos patagónicos como corredor migratorio. La migración es un proceso vital para estas especies”, explicó Matthias Gorny, director de Ciencias de Oceana en una publicación de La Tercera.
En los fiordos y canales más próximos a Campos de Hielo Sur los corales estaban en proceso de formación. Estos sistemas reciben mayor aporte de sedimentos, agua dulce y menos influencia de aguas oceánicas, lo que determina una baja diversidad de especies. “En su estado de evolución inferior, sirven de laboratorio para estudiar cómo se desarrollaron los demás fiordos de la zona y cómo la ausencia de impactos humanos ha permitido que especies como los pingüinos, delfines y, eventualmente, ballenas pueden seguir habitando y reproduciéndose en la Patagonia”, dijo Gorny.