
“Están todavía metidos en una verdadera montaña rusa de emociones (...) Muchos de ellos van a tener momentos extraordinariamente difíciles y van a necesitar mucha ayuda”, dijo el ministro.
Según el secretario de Estado, uno de ellos le relató que cuando despertó en el hospital no sabía dónde estaba.
“Va a ser difícil todavía obtener un relato coherente de ellos. Tienen que decantar, tienen que sedimentar, tener angustias, pesadillas”, agregó Mañalich.