Sórdido ataque sexual confesó menor de edad

General
29/10/2010 a las 08:15
De comprobarse en el juicio oral, que comenzó ayer, la denuncia que un niño formuló en contra de su padrastro, se estará frente a uno de los más sórdidos ataques sexuales en contra de un menor de edad.
Sórdido (impuro, indecente o escandaloso, como define el término la Real Academia Española) es porque la víctima tenía 14 años cuando el hombre que se casó con su madre se comenzó a meter en la cama del menor y someterlo a bajezas sexuales.
El fiscal Fernando Dobson Soto persigue una condena de diez años en contra del padrastro, por los delitos de violación impropia y estupro reiterados.
Para ello tiene que probar que los dichos del menor son ciertos y qué mejor prueba que el relato de la propia víctima.
Confesión
Las personas que ayer estaban en la Sala Cinco del Tribunal Oral guardaron un silencio que a ratos algunas mujeres interrumpieron con leves suspiros y llantos que reflejaban cierta impotencia, por tratarse de familiares de la víctima.
El relato del niño fue antecedido por la declaración de la educadora diferencial y la directora del establecimiento. La primera indicó a los jueces que se enteró de esta situación por un amigo de la víctima que la fue a ver a la sala. “Llegó muy afectado diciéndome que quería contarme un secreto”, relató. Una vez que supo de qué se trataba llamó al menor. Recordó que ese día el niño lloraba desconsoladamente. Tiritaba entero y recién cuando logró calmarlo la puso en conocimiento de los abusos del padrastro. “Él se metía a mi cama y yo tenía que hacer de hombre y él de mujer”, le contó llorando. Con mucha amargura la educadora miró a los magistrados y les dijo: “esto no puede ocurrirle a nadie más”.
El mismo relato escuchó después la directora del establecimiento, quien le aseguró al trío de jueces que “en mis 42 años de servicio jamás había escuchado algo así”, refiriéndose a cada uno de los episodios que contó el alumno agredido sexualmente. De inmediato pidieron la presencia de la madre en el establecimiento. Al comienzo le costó aceptar los hechos relatados por su propio hijo, quien al final llorando le imploró que le creyera. Y si antes no lo contó fue única y exclusivamente porque entendía que el padrastro era el sustento económico de la familia y no quería que su madre sufriera por esto.
“Que pague”
Para el menor no fue fácil relatar los turbios episodios, aún cuando declaró tras un biombo (separador de ambiente) , para no ser visto por el público que asiste al juicio y el mismo acusado.
Cuando el fiscal le pregunta si recuerda el primer episodio, dijo que fue una vez que el padrastro (trabajador de la pesca) llegó mareado a la casa. “Mi mamá no lo dejó acostarse con ella y se fue a meter a mi cama. En esos momentos empezó a tocarme y a… (imposible transcribir esta parte de la declaración)”.
Ante la insistencia de Dobson para que el niño entregara antecedentes de lo que el padrastro le hacía, la respuesta fue: “No puedo contar lo que me hacía porque me da vergüenza”. El mismo sentimiento le afloraba frente a su madre y por eso nunca le contó nada.
“No le deseo el mal, pero espero que pague por lo que hizo”, fue lo último que escucharon los jueces en voz del menor.
Ayer en la tarde declaró la madre, que confirmó todo lo anterior, y también lo hizo la abuela. El juicio continúa esta mañana, a las 9.40 horas, y es posible que concluya hoy con la entrega del veredicto.

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