La autoridad que perdieron los profesores al interior de las salas de clases lleva a que hoy sean víctimas de constantes agresiones por parte de los alumnos.Actualmente, no cuesta nada que estudiantes de básica y media ofendan a la persona que está frente a ellos para formarlos académicamente, dejando al descubierto la falta de formación en el hogar.
Cada vez es más común que los docentes sean insultados, cosa que antes jamás hubiese ocurrido. “Lo que el profesor decía era ley”, escuchamos muchas veces de personas que tienen sobre 45 años. Esas generaciones recuerdan que “en las salas de clases se oía hasta el volar de una mosca”, en alusión al orden y respeto que existía.
Hoy la situación es radicalmente opuesta. La cosas cambiaron, pero para mal. Basta que un profesor le llame la atención a un niño para que reciba como respuesta un garabato. Lo peor, dicen docentes consultados, es que al llamar al apoderado para informarles lo sucedido la persona arremete contra el educador y sale en defensa del “niñito”. Más encima, dice el presidente del Colegio de Profesores, Julián Mancilla, “la Corporación Municipal se hace parte en el proceso, pero a favor del alumno. O sea, en contra nuestra”.
Piden ayuda
Al empleador (la Cormupa) le piden que se haga cargo de este tipo de hechos. El Código del Trabajo, artículo 184, obliga al sostenedor a proteger la vida del trabajador y la salud mental. Mancilla acusa a la Corporación de un severo incumplimiento “porque no ha sido capaz de proteger a los docentes. Al contrario, la Corporación se ha hecho parte en algunos procesos en contra de los profesores, en vez de defenderlos”.
Lamentablemente, estos hechos registran un preocupante aumento. Por eso Mancilla valora la postura del ministro de Educación, Joaquín Lavín, “quien busca que los profesores recuperen la autoridad perdida dentro de las salas de clases”.
Puso como ejemplo que hace pocos días, en un liceo de Punta Arenas, el padrastro de una alumna ingresó al establecimiento a golpear al profesor. “Entonces, qué respeto le puede pedir esta persona a su hijo si él actúa de esta forma”, señaló el dirigente. La reflexión que hace de todo esto es que cada vez se valora menos esta profesión y por eso la educación es cada día de menor calidad.
Agresiones
La violencia al interior de los colegios es una situación que presenta índices preocupantes. Hace mucho tiempo que vienen agrediendo a los profesores, “pero nos encontramos atados de manos frente a esto”, manifestó Mancilla.
Mencionó algunas situaciones denunciadas al Colegio de Profesores. En un establecimiento, básico municipal, a un profesor le pusieron silicona en el asiento. En otro, alumnos colocaron excremento en el asiento del docente, también escupitajos mientras una persona escribía en el pizarrón.
En un conocido liceo municipal tres profesoras fueron agredidas, “producto de lo cual debieron ser atendidas en la Mutual de Seguridad y tuvieron que recibir tratamiento siquiátrico”.
El tema de fondo es que muchas veces, para no estigmatizar el establecimiento, todo queda en silencio. “Todo esto deja al descubierto que el bullying contra los profesores es algo real”, señaló Mancilla.
