
Con el compromiso de someterse a un tratamiento familiar en un consultorio, terminó la violenta agresión física que se propinaron dos personas que familiarmente son cuñados. El domingo en la noche se encontraban compartiendo en una vivienda de calle Balmaceda, cuando el dueño de casa, casado con la hermana de la otra persona, discutió con el cuñado. Pero la situación fue subiendo de tono al punto de llegar a los puños. Ante la agresividad de ambos la dueña de casa llamó a Carabineros y los cuñados terminaron detenidos. Ayer pasaron a la audiencia de formalización de cargos, ocasión en que el fiscal planteó una suspensión condicional del procedimiento para uno de ellos, por un año, previo a someterse a una terapia en el consultorio más próximo a su domicilio.