Un profundo impacto provocó entre los compañeros de trabajo de Domingo Mansilla Contreras, de la empresa Áreas Verdes, su detención como responsable del crimen de la dominicana, Sonia Rodríguez Polanco, a quien le quitó la vida propinándole 92 puñaladas. Incredulidad es poco decir, porque quienes trabajaron cercanamente a él todavía no se pueden convencer de que su colega se tomara el protagonismo en la llamada “crónica roja”. “Pero si es el tipo más callado que puede haber, incapaz de rebatirle algo a alguien”, nos dice Carlos Colivoro, el capataz y jefe directo de Mansilla.
Lo conoce hace tiempo, porque trabajó varias temporadas en la firma. A veces se retiraba y volvía. No había problemas para recibirlo nuevamente. “Por eso es que todo esto me parece extraño, y así se lo declaré a los carabineros, porque siempre era extremadamente sumiso”. Como a todo decía que sí, Colivoro considera que este es el punto de partida de alguien que no es normal.
El día del crimen
El viernes 15 de octubre fue el crimen de la extranjera y Colivoro aclara que ese día Mansilla no faltó a trabajar, como salió a relucir en la investigación policial. Lo que presume es que en un momento abandonó sus funciones, para acudir a la cita que posteriormente pactó con la mujer.
“Ese día él (Mansilla) se mostró completamente normal y no notamos nada extraño en su accionar”, dijo el capataz. “Nunca comentó la noticia y siempre guardó absoluto silencio. Además porque a este muchacho había que sacarle las palabras. No hablaba casi nada”, señaló.
Fueron pasando los días y la policía no detenía al autor del crimen. Se dice que el aprehendido le habría comentado a un compañero que el crimen había sido horrendo y que el autor merecía la cadena perpetua.
Colivoro afirma que cuando salió en las noticias la detención de su trabajador “no lo podía creer” y añade que “hasta ahora aún me cuesta asumirlo”. De otra persona tal vez, “pero de Mansilla me cuesta asumirlo”.
Llegó a su país

Después de infructuosas gestiones entre autoridades y personeros de la Embajada de la República Dominicana en Chile, finalmente los restos de la malograda Sonia Rodríguez llegaron a su país de origen y fueron sepultados en su ciudad natal donde la esperaban sus cuatro hijos.
Judicialmente la causa continúa investigándose, según lo corroboró hace poco el fiscal Eugenio Campos, y el inculpado se encuentra en la cárcel de Punta Arenas cumpliendo prisión preventiva.
En lo que los entendidos califican de actitud propia de un sicópata, Mansilla apuñaló a Sonia Rodríguez luego de manifestarle que no tenía dinero para cancelarle el servicio sexual que le había prestado. La mujer habría ido a la cocina a buscar un cuchillo con el que amenazó al cliente, pero éste se lo arrebató y con el mismo la ultimó con 92 heridas, según el informe de autopsia del Servicio Médico Legal.
Pasaron 18 días y justo a horas de que los restos de la ciudadana extranjera partieran al país caribeño, el homicida acudió al velatorio. Su presencia no pasó inadvertida por las ciudadanas extranjeras que estaban en el velatorio. Los gestos eran bastante sospechosos y esto las motivó a comunicarse con la SIP de Carabineros. Los agentes llegaron a la parroquia Santo Cura de Ars y el tipo trató de huir. Lo detuvieron y en la comisaría terminó confesando el horrendo crimen.