
A raíz de esto quisimos conocer la opinión de Hugo Arias, una persona con 26 años de experiencia en la Dirección del Tránsito de la Municipalidad de Punta Arenas. El examen teórico y práctico son su fuerte y en tal condición cientos de personas conducen hoy después de pasar por su ojo supervisor. Todos los días, a las 14.30 horas, espera a los postulantes. Después de pasar el sicotécnico y el teórico Arias le dice a cada persona: “cuando puedas rendir calidad y eficiencia te invitamos a rendir el examen práctico”.
La presentación es en Mejicana esquina Quillota, lugar debidamente señalizado, y a partir de este año entregan una cartilla de apoyo para que la gente llegue preparada a esta fase del proceso. La sugerencia más importante de Arias es leer esta suerte de manual, “porque el público no tiene claro que el examen práctico se estudia”. El saber cotidiano no garantiza el éxito de la misión.
En la cartilla se refuerza esta idea, porque en una parte se indica que: “muchas personas acuden al examen práctico cuando no se han preparado lo suficiente, cuando no han practicado mucho o cuando no han practicado de la manera apropiada. Otros se ponen muy nerviosos y porque no saben qué esperar que suceda. Recuerde, el examinador sólo lo acompañará para cerciorarse de que usted puede manejar con seguridad y que obedece las leyes”.
Respecto al examen práctico, otra sugerencia es que si el postulante tiene una pregunta que hacer al examinador la haga antes de comenzar el examen. Después, durante el trayecto, el funcionario municipal puede realizar preguntas, pero nunca entablar una conversación general.
Examen teórico
Consultado Hugo Arias por el nivel de preparación con el cuál llegan a rendir las pruebas, respondió que al teórico muy bien, “porque basta leer y memorizar bien el cuestionario de 280 preguntas”. Un 30 por ciento reprueba la primera vez. Luego el postulante debe esperar 25 días para tener una segunda oportunidad. Si en esta ocasión fracasa, debe esperar 30 días más y si vuelve a reprobar no puede aparecer antes de seis meses. Es frecuente ver a muchos caer en este rango. “Sobre todo los profesionales, comenta Arias, porque pecan de tener una formación universitaria así que no estudian el contenido y por ese pecado están todos reprobando, porque creen que el examen teórico no se estudia”.
El teórico ahora se rinde frente a un computador. Ya no existen los exámenes en papel. Ahora con el “mouse” el postulante puede pinchar la respuesta que considera correcta. Las personas más adultas son las que sufren con este sistema. “Muchos piensan que poco menos que deben tener estudios computacionales para rendir el examen, pero esto no es así, aunque nosotros igual lo ayudamos”.
“Pésimamente mal”
La respuesta de Hugo Arias es categórica a la pregunta de cómo llega la gente al examen práctico: “pésimamente en su gran mayoría, no existe término medio, aunque un porcentaje menor sale bien, porque se prepara haciendo un curso en escuelas de conductores”.
En muchos casos los postulantes se presentan con apenas 18 días de preparación. La principal recomendación es que la persona se presente al examen con un vehículo que conozca.
El circuito completo consta de 28 “ítems”, de los cuales con 21 aprueban. Claro que es fácil incurrir en errores, porque basta con no señalizar en la esquina de viraje para tener una mala y si esto se repite durante el trayecto la situación se complica rápidamente.
No existe una medición respecto a si los hombres o las mujeres son quienes reprueban más veces un examen. Claro que un 90 por ciento de las postulantes acuden a rendir el práctico con vehículos automáticos. Algo que está permitido por la ley.
Accidentes
Si bien el proceso es extremadamente riguroso, llama la atención que tengamos tantos accidentes de tránsito. Hugo Arias asocia esto a que “la gente rinde un excelente examen y posteriormente no conduce con apego a lo que aprendió”. A modo de ejemplo contó que hay días en que toma excelentes exámenes a jóvenes, “los mismos que apenas tienen la licencia en sus manos salen a hacer tonteras al centro”. Por eso apela a un cambio de mentalidad.