
Consultado por la realidad local, Quintana aseguró que somos una de las regiones privilegiadas en materia de hacinamiento. “No resiste comparación la realidad nuestra con la Región Metropolitana, donde se vive un hacinamiento brutal. En Magallanes tenemos menos de un 17% de hacinamiento”, manifestó.
En el complejo carcelario de Punta Arenas, concebido como una cárcel modelo cuando se construyó, actualmente hay 310 internos y la capacidad del penal es para 480 personas. “Es cuestión de sumar y restar para ver que no tenemos problemas”, indicó.
Frente a la eventualidad de que pudieran venir a Punta Arenas internos de otros recintos, debido a la tragedia en Santiago, no lo ve muy factible porque después del homicidio ocurrido en marzo del año pasado, donde Demis Cordero Astudillo perdió la vida en una riña entre internos locales y afuerinos, Ricardo Quintana, dijo que el mando institucional estableció que la cárcel sea solamente para condenados magallánicos.
Condiciones locales
La realidad local es completamente distinta a la de otros penales. El comandante señaló que el complejo penitenciario de Punta Arenas no tiene un sistema colectivo de celdas. Los calabozos son individuales y por eso los planes de seguridad y contingencia establecen sistemas que ofrecen amplias garantías de seguridad. En caso de fuego cada celda cuenta con dispensadores de agua. “Por eso digo que Punta Arenas es privilegiada en materia penal”.
Cantidad de gendarmes
En materia de seguridad, dijo que los turnos diarios están cubiertos por una guardia perimetral armada y otra interna. Esta última toma la oferta programática del penal, entre las 8.00 horas y las 18.00 horas. En este horario trabaja el grueso del personal para el control interno, y en la noche opera una dotación mínima, pero que además cuenta con el apoyo de los efectivos del USEP (Unidad de Servicios Especiales Penitenciarios), en caso de algún conflicto, más la guardia perimetral que actúa si la situación lo amerita.
Aunque Quintana descarta una riña nocturna de proporciones. “Acá no la podríamos tener porque los internos, a lo más viven de a dos en las celdas, así que el personal de servicio operaría solamente con ellos y no entra en conflicto el resto de la población penal”, explicó.