En cinco días los funcionarios del Hospital Regional Dr. Lautaro Navarro Avaria de Punta Arenas deberán partir al nuevo edificio ubicado en avenida Los Flamencos con avenida Presidente Eduardo Frei Montalva. Ya no serán los 889 trabajadores que han sido hasta ahora, sino que aumentarán a alrededor de 1.200. Frente al inminente traslado y a todos los importantes cambios que ello significa, dos de las funcionarias más antiguas del hospital expresaron su opinión al respecto.“Da pena dejar lo que uno tuvo durante 35 años, pero realmente me encuentro optimista. Creo que este cambio va a darle mayor seguridad y atención a los pacientes que atendemos”, confesó Elcilia Berrueta Dus Santos, enfermera del Comité de Infecciones Intrahospitalarias y Epidemiología del hospital regional.
“Lo nuevo puede traer problemas de adaptación, pero siempre los cambios son para mejor”, agregó.
Sin embargo, contó que “antes, a fines de la década de los años 70 nos tocó el cambio a lo que es el edificio de calle Condell. Lógico que era más cerca. (Ahora) vamos a tener mejores condiciones para laborar, más de acuerdo con el desarrollo técnico y tecnológico que se ha producido en el área de la Medicina”.
Pena y miedo al cambio
Cuando a Doris Vásquez Ojeda, jefa de Contabilidad del hospital regional, se le pregunta sobre sus sentimientos ad portas del “cambio de casa”, la próxima semana, se le quiebra la voz. Es que no puede dejar de emocionarse ante el inminente traslado al hospital nuevo, luego de 40 años de servicio.
“Me da pena dejar… ¡Es que es toda una vida acá! Pero el nuevo hospital es muy bonito. No sé si es por mi naturaleza, pero siempre me dan susto los cambios, lo nuevo. Pero fuimos a conocer las dependencias del nuevo hospital, hay nuevos servicios, nuevas unidades… Creo que es un aporte a la comunidad”, dijo.
Respecto de si pensó alguna vez que terminaría su vida laboral en otro recinto completamente nuevo, exclamó, casi sin meditarlo: “¡Nunca! Creía que iba a jubilarme en este establecimiento… Y se veía tan lejano, porque este era un proyecto que, según yo tenía entendido, era una ampliación y no la construcción de un nuevo hospital”, señaló.
Todavía no han organizado ningún acto de despedida del viejo hospital, según contó la profesional. “No sabemos todavía. Yo tengo la inquietud, pero no hemos podido conversar entre nosotros, porque el área de Contabilidad es la que tiene más trabajo, sobre todo en esta época de diciembre, en que tenemos que entregar todos los informes y se viene el fin de año, con un montón de actividades, además. Se nos agrega el dejar todos los inventarios, ver qué es lo que se va a llevar, qué es lo que se va a dejar, cuál es la implementación nueva que está llegando, que hay que inventariar. Así es que el trabajo es bastante largo y no sé cuánto tiempo nos va a tomar”, señaló.
“Porque vamos a tener tres instancias durante el traslado: primero, tenemos que llevar lo esencial, con lo que se trabaja día a día. Posteriormente, una vez que estemos ubicados, se va a ver qué es lo que está haciendo falta. En la tercera y última instancia se va a ver qué es lo que va a quedar acá y qué, definitivamente, no se va a llevar. De las cosas que queden acá, hay que ver cuáles están en buen estado, en regular estado o en mal estado. Posteriormente, hay que seleccionar y decidir si lo que está en buenas condiciones se va a donar o a rematar, según lo que determinen las autoridades”, añadió finalmente.
