Unánime fue la condena en contra de Alejandro Saldía Ojeda y Patricio Chadicadi Barría. Los jueces los encontraron culpables del alevoso crimen del trabajador Sebastián Álvarez Díaz, hecho de sangre perpetrado el 2 de abril de este año, en la madrugada del Viernes Santo. La crueldad del actuar de estas personas quedó demostrada en los cuatro días que duró el juicio oral, principalmente con el informe de la SIP de Carabineros que, además de aclarar policialmente el crimen, estableció la participación de cada uno de los acusados. Esto mismo lo reafirmaron los policías en la extensa declaración que entregaron en el juicio.
Gracias a ello, y otros peritajes, el fiscal Eugenio Campos, saludado y felicitado ayer por familiares del occiso después de conocerse el veredicto (a las 19.30 horas), logró establecer los hechos por los cuales acusó a los autores. Aún cuando el abogado de Chadicadi, Guillermo Ibacache, defendió hasta el final la inocencia de su cliente y pidió para él la absolución, ya que siempre responsabilizó del crimen a Saldía. Mientras que el defensor de este último, Leonardo Vallejo, solicitó una recalificación de los hechos y que la condena fuera por robo y hurto.
Pero los jueces, Gonzalo Rojas, Jovita Soto y Fabio Jordán, dictaminaron lo contrario y se inclinaron por condenar a Saldía y Chadicadi como autores de los delitos de robo con homicidio consumado en perjuicio de Sebastián Álvarez, y también por el delito de incendio. La autoría en el crimen se probó con el testimonio de 20 personas, más toda la evidencia material que incorporó el Ministerio Público, compartida por el abogado querellante de la familia, Juan José Arcos.
A partir de lo resuelto por los magistrados los condenados podrían recibir sanciones durísimas, pudiendo llegar a los 30 años para cada uno, porque, según explicó Eugenio campos, los jueces concedieron la agravante del robo calificado. Esto se sabrá el próximo martes, a las 17.00 horas, cuando se dé a conocer la sentencia.
La hermana de la víctima fatal, Betty Álvarez Díaz, se retiró más tranquila del tribunal porque siempre pidió que se hiciera justicia. Nunca pudo entender ni aceptar la crueldad con que dieron muerte a su hermano. Mientras que el abogado, Juan José Arcos, quedó conforme con el veredicto “porque se acreditaron los dos delitos que pedíamos y porque la pena para estas personas podría llegar al presidio perpetuo”.
Dijo que el delito es gravísimo, recordando que a Sebastián Álvarez le ataron las manos con un cable eléctrico, luego lo degollaron, le robaron dinero y finalmente incendiaron la casa para borrar toda evidencia.