
En esta oportunidad el uso que se le otorgará al recinto será el de “gestión cultural”, evaluando la posibilidad de que sea trasladada la biblioteca del Teatro Municipal, puesto que la construcción comenzará a ser reparada en las próximas semanas.
El trato se cerró a través de la corredora de propiedades Otaibo, por un monto mensual de $ 800 mil por concepto de arriendo, más el mes de garantía que llega al mismo monto y $ 476 mil por el servicio prestado por la empresa.
Los concejales Vicente Karelovic y Roberto Sahr criticaron que el alcalde Vladimiro Mimica Cárcamo no consulte o informe al Concejo Municipal sobre los cambios de oficinas y los arriendos que se realizan, porque son fondos municipales los utilizados.
Karelovic explicó que el jefe comunal sólo debe consultar al Concejo cuando están involucradas más de 500 Unidades de Fomento (UF), “menos de eso el alcalde puede hacer lo que quiere, y eso es lo que está haciendo”, estimó el representante.
A juicio del concejal, habría sido recomendable que se haya comunicado al Concejo Municipal del nuevo contrato “para evitar suspicacias, porque es el mismo dueño del otro edificio que se arrendó”, agregó Karelovic.
En tanto, su par Roberto Sahr lamentó que el edil no informe de estos hechos porque lo “lógico sería que el alcalde conozca la opinión de los concejales antes de tomar este tipo de decisiones”, afirmó, agregando que “podría comunicarnos por el bien de la transparencia”, advirtió Sahr.