Afectada por lo que califica como discriminación contra su hijo G.G.G, de 5 años, Patricia Gallegos Gallardo decidió hacer público su caso. El menor cursaba prekinder en la Escuela Portugal de Punta Arenas, cuando su madre vio obstaculizado su paso a kinder. Hoy el niño no tiene colegio.
“En una conversación comenté con varias apoderadas que me gustaría cambiar de colegio a mi hijo. Y la tía se tomó la atribución de decir, cuando preguntó el inspector qué niños seguían en el colegio, que él no seguía. Entonces, cuando lo fui a matricular el 28 de octubre, a las cuatro de la tarde, mi hijo ya no tenía cupo. Fue el único de 32 alumnos... Según ellos, porque empezaron a matricular a los alumnos nuevos. Se supone que él, como alumno regular, ya tiene su cupo. Y la tía debió haberme preguntado directamente a mí, primero”, cuenta con rabia, Patricia.
Consultada respecto de lo que le dijeron las autoridades de la escuela, la afligida madre indicó que sostuvo una conversación tanto con la directora como con el inspector y ambos, aseguró, le habrían señalado que no podían hacer nada, porque ya estaban completos los 50 cupos.
“En estos momentos nadie se hace responsable, porque cada uno se lava las manos”, agregó.
Respecto del comportamiento del menor, Patricia responde que él es hiperactivo. “Pero ellos nunca me dijeron nada. Estuvo en el jardín un año con psicólogo, el que me comentó que mi hijo no toleraba que le dieran un no por respuesta”.
Además, la joven mujer asegura que a G.G.G. “lo pasaban retando. Pero, muchas veces, cuando le pregunté, él lo negaba. En una oportunidad conversé con la técnico y me dijo que a mi hijo lo samarreaban, y que él le dijo: ‘No le voy a contar esto a mi mamá, porque sé que me lo merezco, porque soy desordenado’... Él no es un niño atrevido ni peleador. Es muy inteligente y tiene respuesta para todo. El tema es que hace sus actividades rápidamente y queda desocupado y comienza a distraer al resto”, argumenta Patricia.
El pequeño sabe que no podrá volver a la escuela a estudiar, lo que lo tiene triste.
“Se llevaba bien con sus compañeros y los hecha de menos. Lo único que me dijo es que ya no iba a poder estudiar, porque no iba a ver a sus amigos”, cuenta su madre, quien añadió que en la Corporación (Municipal de Punta Arenas) le dijeron que esperara hasta marzo.
“Yo no puedo esperar hasta marzo, necesito que solucionen este problema ahora”, dijo.
“Estoy mal, porque discriminaron a mi hijo. Porque si le hubiese pasado a otros padres, no estaría así. Pero que sólo sea él y que me digan que no pueden hacer nada, y que pasó lo que pasó porque mi hijo es desordenado... No es una buena razón”, concluyó.