
El resultado es la concreción de la línea ideológica de la compañía y funciona como una metáfora de la historia nacional, la historia de un país que celebra sus derrotas, que se reconoce por el medio pelo y que justifica una herencia alcohólica, en donde la fiesta se constituye como lugar de encuentro ante la necesidad de una nueva esperanza para vivir.
De esta forma, la sobrevivencia se instala como tema central, pero inserto en la carencia de oportunidades, en la necesidad de amor, en la distorsión de las relaciones sociales y en la amargura de sentirse engañado por un país desigual.
“El Olivo” aborda la vida de un grupo de hombres y mujeres que buscan un refugio para sus vidas y un bar ubicado en el sur de Chile resulta el lugar perfecto. Allí repasan sus existencias, encontrando en la fiesta un reducto de evasión y comunión con los otros. Allí están Julia, enferma terminal, y Jaime, el hombre que la ama, pero está casado con Sonia, una mapuche que viste luto permanente; un par de jóvenes, un delincuente y una sureña vestida a la moda, representan a la generación más actual; Sansón, el dueño del bar junto a Madame, francesa que sufre por un chileno que la trajo desde su Paris.
El panorama cambia cuando un anuncio comienza a agitar el lugar: carteles por todo el pueblo anuncian la visita inesperada de un barco… un sobreviviente del Caleuche (barco de la mitología chilena que representa la muerte y la fiesta) que les hará replantearse sus condiciones de existencia. Una historia ambientada en el Chile que no se ve.
Ficha técnica:
Actores: Antonio Altamirano, Cristian Flores, Evelyn Ortiz, Silivia Marín, Marcela Salinas, Claudio Riveros, Sergio Hernández, Marcia Pavéz, Rodrigo Velásquez.
Dramaturgia:Sally Campusano
Asistencia de dirección: Francisco Medina
Dirección : Luis Guenel