Después de permanecer dos meses privado de libertad en la cárcel juvenil del sector Río de los Ciervos, el menor de iniciales F.J.C.G., recuperó su libertad, luego de ser condenado a una sanción de “dos años de libertad asistida especial”, como autor de un delito de robo con violencia, en grado de tentativa. Este adolescente participó junto a otros dos sujetos en el asalto que sufrió Lucio Ojeda Huenante, la madrugada del 2 de diciembre del año pasado. Mientras que en contra de los compañeros de fechoría, Juan Fernando Herlitz Contreras, de 20 años de edad y Jonathan Andrés Serón Millapani, 18 años, ambos actualmente en prisión preventiva, la fiscalía presentó acusación por el mismo delito, robo con violencia, y está pidiendo cinco años de cárcel para cada uno, por ser ambos mayores de edad.
Asalto
El trío asaltó al peatón cuando caminaba por Martínez de Aldunate y Chacabuco, en el barrio 18 de septiembre.
La tónica de estos delitos es que una persona es interceptada para pedirle cigarrillos y dinero, si la víctima no tiene o se niega a darles lo que quieren lo golpean. Es lo que le sucedió ese día a Lucio Ojeda, quien tuvo la suerte de que justo cuando era golpeado con un fierro en el suelo, en las piernas y brazos, apareció una patrulla de Carabineros, quienes lograron la detención de la banda.
Pero antes la víctima fue agredida con golpes de puño en diferentes partes del cuerpo. Esto provocó que Lucio Ojeda cayera al suelo, lo que aprovecharon los asaltantes para revisarle la ropa en busca de dinero. La reacción de los policías permitió detener al trío en calle Chacabuco con Martínez de Aldunate y a Juan Herlitz en Cancha Rayada.
En la declaración que la víctima prestó a la policía contó lo que le sucedió esa madrugada cuando caminaba por Martínez de Aldunate, al norte. Dijo que de pronto lo alcanzaron tres sujetos jóvenes que le pidieron cigarro. “Por decirles que no tenía, uno que andaba con gorro blanco me pegó con un fierro en las piernas y en los brazos, mientras que los otros me dieron patadas y combos hasta que caí al suelo. Y cuando me estaban revisando los bolsillos de mi pantalón y casaca salieron arrancando, dándome cuenta que Carabineros estaba en el lugar”.
El menor de edad admitió responsabilidad en la audiencia, y como se acogió la irreprochable conducta anterior, fue condenado a libertad asistida especial por dos años, acorde con los fines de reinserción juvenil.